Parece que Ucrania efectivamente ha roto el frente ruso después de haber recuperado cinco localidades dentro de la contraofensiva que inició hace una semana.
Sin embargo, Rusia intenta resistirse al empuje de las tropas ucranianas incluso, según Ucrania, volando una segunda presa.
Precisamente, se ha cumplido una semana de la ruptura de la presa de Nova Kajovka, provocando graves inundaciones y amenazando la estabilidad de la central de Zaporiyia. Kiev acusa a Moscú de estar detrás de esta voladura.
Así, con la contraofensiva, se cumple la promesa de Volodimir Zelenski, presidente ucraniano, de no esperar más al armamento occidental.
No obstante, pide a Alemania más carros de combate ‘Leopard 2’ y blindados ‘Marder’.
De este modo, los combates más intensos están en las regiones de Donetsk y Zaporiyia. Por ahora, se libra Jersón, anegada por las aguas de Nova Kajovka.
Por tanto, a las dos localidades ‘liberadas’ en el fin de semana, Blahodatne y Neskuchne, en Donetsk, se unen Storozhove, Makarovke y Novodarivka.
Las dos primeras localidades son bastiones en esa región hasta este lunes controlados por los rusos, mientras que la tercera pertenece a Zaporiyia.
Así, los marines del puerto de Odesa han proclamado que “la bandera vuelve a ondear en Storozhove. Y eso mismo ocurrirá con todas los pueblos hasta que no liberemos todo el territorio ucraniano”.
Respecto a Zaporiyia, el objetivo es llegar a Azov para recuperar los puertos de Mariúpol y Berdiansk.
Asimismo, según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Ucrania podría haber conseguido igualmente avances territoriales cerca de Velika Novosilka (Donetsk).
También, en torno a Orijiv, localidad que lleva a Melitópol, la principal ciudad de Zaporiyia bajo control ruso.
Por su parte, Rusia reconoce que está empleando helicópteros de asalto y drones para tratar de frenar el avance ucraniano en la frontera entre Donetsk y Zaporiyia.