Será el cuarto intento en tres meses de intentar investir a un president.
Roger Torrent, presidente de la Cámara catalana, ha convocado para el viernes 13 el Pleno de investidura y ha solicitado a Pablo Llarena que permita al candidato, Jordi Sànchez, salir de prisión para asistir al debate. Por segunda vez, el ex líder de la Asamblea Nacional Catalana, ANC, opta a ser investido después de que, en la otra ocasión, el juez del Tribunal Supremo le denegara la posibilidad de asistir al Pleno. En aquella ocasión, el candidato por Junts per Catalunya comunicó su intención de renunciar al escaño, pero hace unos días reconsideró su postura y volvió a postularse como candidato. Antes que él, Carles Puigdemont, fugado entonces en Bruselas, fue designado para ser investido, y después de que el juez Llarena no le permitiera salir de la cárcel, Jordi Turull fue el designado para convertirse en president, pero también se frustró la investidura y el ex consejero fue enviado a prisión antes de la segunda votación, ya que en la primera no obtuvo la mayoría suficiente.
“La prisión preventiva no comporta la privación del derecho al sufragio pasivo, que incluye necesariamente el derecho a ser elegido president”, reza la carta que Torrent ha enviado en esta ocasión al Tribunal Supremo pidiendo la libertad temporal de Sànchez. El presidente de la Cámara esgrime que “se estaría produciendo un daño irreparable” a los derechos políticos del candidato si se impide su presencia en el Pleno. Se apoya en la recomendación del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que admitió a trámite un escrito de los abogados del candidato, y que, mientras estudia a fondo la cuestión, sugería al Estado que tome “las medidas necesarias para que Sànchez pueda ejercer sus derechos políticos” como medida provisional, derechos entre los cuales estaría poder “votar y ser elegido en elecciones periódicas” y tener “acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas”.
Poner al Gobierno en una situación comprometida
Esta es la intención qué pretende Junts per Catalunya y ERC al elegir a Sànchez como candidato para presidir la Generalitat después de que Puigdemont fuera puesto en libertad en Alemania al no estimar la justicia germana un presunto delito de rebelión. En cualquiera de los casos, tanto republicanos como desde el PDeCAT inciden en conseguir nombrar un gobierno efectivo, algo que el ex líder de ANC no puede ofrecer.
El escenario, no obstante, aparte de la autorización judicial, se presenta difícil ya que existe la duda de que Puigdemont y Toni Comín puedan votar, algo necesario para sumar los 66 votos de los grupos independentistas para superar a los 65 de la oposición, contraria a la independencia. A ello se suma que la CUP anunció que se abstendrá y que solo votará a favor de Puigdemont u otro candidato con un programa “republicano”.