Del mismo modo en que se esperaba que Donald Trump se declararía no culpable de los 37 cargos que se le imputan por los documentos secretos que sacó de la Casa Blanca, también se sabía que daría un discurso arengando a sus seguidores.
Así, Trump ha prometido que, si vuelve a la Casa Blanca, designará un fiscal especial para que investigue a Joe Biden, actual presidente estadounidense.
En su intervención, el exmandatario insistió en descalificar al Departamento de Justicia y al fiscal especial Jack Smith.
Es el encargado del caso de los documentos clasificados que se encontraron en la mansión del magnate neoyorquino en Mar-a-Lago (Florida).
Aseguró, además, que Smith se dedica a llevar a cabo “asesinatos políticos”. Asimismo, afirmó que la decisión del Departamento de Justicia de procesarlo tiene una motivación política.
Al mismo tiempo, sostuvo que tenía autoridad para desclasificar material sensible cuando quisiera. Lo justificó con que otros presidentes, como Bill Clinton o George W. Bush incurrieron en fallos parecidos, pero nadie les imputó por ello.
Así, después de comparecer ante el Tribunal Federal de Miami, donde se le leyeron los 37 cargos, puso rumbo a Nueva Jersey.
Fue cuando se detuvo en un famoso café cubano en el barrio de la Pequeña Habana. Allí, decenas de seguidores le saludaron y cantaron el cumpleaños feliz, ya que este miércoles, Trump cumplió 77 años.
Después de varios registros en Mar-a-Lago, que empezaron en agosto de 2022, y meses de investigación, la Justicia de Estados Unidos decidió imputar al expresidente.
De este modo, se convirtió en el primer mandatario o exmandatario estadounidense en afrontar una acusación federal.
Algunos de los cargos supondrían penas de cárcel, lo que no impediría que gobernara si ganara las elecciones presidenciales de 2024.
Sólo en el caso de que finalmente fuera declarado culpable de inspirar e instigar el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 quedaría fuera de la Casa Blanca.