En el caso de los asalariados, la proporción sube hasta 23.
Según un informe elaborado por la organización de autónomos ATA, en 2017 tan solo 9 de cada 1.000 autónomos se dio de baja por enfermedad cada mes, si bien se señala que estas suelen ser más duraderas, con una media de 91 días frente a los 39 de los asalariados. Los autónomos solo de se dan de baja cuándo la enfermedad le impide realizar completamente su actividad. Así, en 2017, pidieron la baja por incapacidad temporal casi 29.700 autónomos, mientras que entre los asalariados fueron casi 356.000.
Lorenzo Amor, presidente de la asociación, destaca que “los autónomos se dan mucho menos que los asalariados de baja por enfermedad, pero sus bajas son mucho más largas ya que un autónomo no solicita una baja por un constipado. Un autónomo siempre está pendiente de su negocio y solo cuando la enfermedad es lo suficientemente complicada y larga como para impedirle atenderlo, solicita esa baja por incapacidad temporal”. De ahí la importancia, para ATA, de que los autónomos adapten su base de cotización a lo máximo posible en cada periodo, porque cuando estén de baja “va a ser para más largo tiempo y necesitan poder recibir lo máximo”.
Navarra, la que más, y Galicia donde más duran.
Navarra es la Comunidad Autónoma donde más baja se cogen los autónomos, 15,2 por cada 1.000, y es aquí donde menos duración tienen los periodos de inactividad por enfermedad, con una media de casi 59 días. La sigue en Murcia, con 11 bajas por cada 1.000, con una duración de 99 días. Baleares, en cambio, es la comunidad donde se registran menores incidencias, 6 de cada 1.000 con una duración de casi 90 días, mientras que es Galicia la autonomía donde más duran las bajas, más de 112 días de media, cuando el promedio nacional es de 91. Extremadura y Ceuta registran 109 días, Canarias, 103, Asturias, 101 y Murcia, Castilla-La Mancha y Cantabria, 99.