En el Pleno del Congreso de ayer, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, apuntó a una vuelta a una “nueva normalidad” en la segunda quincena de mayo. Pidió a las fuerzas políticas representadas aprobar la prórroga del estado de alarma hasta el 10 del próximo mes.
Este nuevo periodo, entre el 26 de abril y el 9 de mayo, dijo, “permitirá empezar a desescalar las reglas de confinamiento”. Se introducirán nuevas medidas de confinamiento que, en cambio, aliviarán la situación. Por ejemplo, el permiso a los menores de 14 años para salir a pasear acompañados de un adulto.
Sánchez se presentó ante el Pleno mostrando un “escenario prudentemente optimista”. Ello permitirá que “a lo largo de las próximas semanas”, se entre en la fase dos de relajación y la relativa vuelta a la normalidad. Eso sí, con el horizonte puesto en la segunda mitad de mayo.
Con todo, hizo hincapié en que el alivio de las medidas de confinamiento debe ir acompañado de la “necesaria prudencia”. De hecho, anticipó que, según evolucione la epidemia, habrá que dar “pasos hacia delante” o “pasos atrás”.
En ese sentido, en el decreto sobre el estado de alarma incorpora la habilitación a Salvador Illa, ministro de Sanidad, para dictar órdenes e instrucciones. Estas podrán ser distintas según los territorios respecto a la movilidad permitida a las personas y a la actividad comercial. Esto incluye la apertura de negocios, bares, restaurantes o locales de ocio y cultura.
La vuelta a la “nueva normalidad”, insistió el presidente, será “lenta y gradual” y que siguen vigentes las actuales normas de confinamiento. Excepción hecha de aquellas que Illa vaya dictando y en función de la evolución de la epidemia.
Es decir, continúan en vigor las estrictas medidas preventivas en centros de trabajo y las reglas de higiene y distancia social. Dicho esto, Sánchez señaló que la crisis no terminará hasta que se encuentre una vacuna. No obstante, explicó, “ya nos preparamos para entrar en una nueva normalidad, sin dar pasos en falso”.