En Rusia no ha sentado nada bien el acuerdo alcanzado en el seno de la Unión Europea por el que se pone un límite de 60 dólares al petróleo ruso. Eso sí, sólo al que llegue a territorio comunitario por transporte marítimo.
Así, el Gobierno de Rusia ha denunciado ese pacto porque Occidente quiere remodelar motu proprio y de forma “peligrosa e ilegítima” el libre mercado.
Asimismo, responde a la celebración de Estados Unidos por el acuerdo alcanzado por los Veintisiete. La Embajada rusa en Washington “toma nota de las arrogantes afirmaciones norteamericanas”.
Janet Yellen, secretaria del Tesoro estadounidense, se felicitó en un comunicado que los países de la Unión Europea alcanzaran un acuerdo.
De ese modo, aseguró, “juntos, el G7, la Unión Europea y Australia han establecido un tope al precio del petróleo ruso transportado por mar”.
“Nos ayudará a lograr nuestro objetivo de restringir la principal fuente de ingresos de Putin para su guerra ilegal en Ucrania”, explicaba.
Preserva, además, la estabilidad de los suministros energéticos mundiales”, señaló.
Asimismo, al limitar los precios, los países de renta baja y media se beneficiarán especialmente. Son los que “ya han soportado el peso de los elevados precios de la energía y los alimentos, exacerbados por la guerra de Putin”, agregó.
Así, continuó Yellen, “la medida también ayudará a restringir aún más las finanzas de Putin y a limitar los ingresos que está utilizando para financiar su brutal invasión”.
La economía de Rusia, sostuvo, “ya se está contrayendo y su presupuesto es cada vez más escaso”. Limitando los precios de su petróleo “reducirá inmediatamente la fuente de ingresos más importante de Putin”, concluyó.
Rusia responde y advierte
En su respuesta, Rusia señala que “los estrategas de Washington, escondidos detrás de nobles lemas de garantizar la seguridad energética de los países en desarrollo, mantienen un muro de silencio sobre el hecho de que los desequilibrios actuales en los mercados energéticos se derivan de sus acciones mal concebidas”.
Se refiere la nota a la “introducción de sanciones contra Rusia y las prohibiciones a la importación de energía desde nuestro país”.
La Embajada agrega que “el colectivo occidental está tratando de resolver los problemas que ellos mismos han creado de forma tan impetuosa”.
“De hecho, estamos presenciando una remodelación de los principios básicos del libre mercado”, apunta.
La legación diplomática advierte, asimismo, de que “decisiones como estas inevitablemente generarán una mayor incertidumbre”.
“Impondrán costos más altos para los consumidores de materias primas”, avisa. “Ningún país será inmune a la introducción de todo tipo de ‘topes’ a sus exportaciones por razones políticas”, amenaza.
No obstante, el comunicado termina con la confianza puesta en que “el petróleo ruso seguirá teniendo demanda”, pese a este “instrumento peligroso e ilegítimo”.
Por otro lado, Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, no ha adelantado que el Gobierno de Rusia vaya a adoptar represalias. En todo caso, Moscú no aceptará ese límite.
Según apunto este sábado, “estamos evaluando la situación. Se hicieron ciertos preparativos para tal tope. No lo aceptamos y les informaremos cómo se organizará el trabajo una vez que termine el análisis”.
Ucrania cree que el precio máximo debería ser la mitad
De su parte, Ucrania considera que el precio máximo de 60 dólares sigue siendo demasiado alto.
En ese sentido se ha manifestado Andrei Yermak, asesor de la Presidencia ucraniana, quien ha insistido en bajar más el precio, incluso a la mitad.
Precisamente ese es el límite que querían imponer Polonia y los países bálticos. “Habría que rebajarlo a 30 dólares para destruir más rápido la economía del enemigo”, ha indicado Yermak.
A su vez, afirmó que los ucranianos “siempre logramos nuestro objetivo y la economía de Rusia será destruido. Rusia para y será responsable de todos los crímenes”.