Resumen histórico del socialismo español (6)

Por Eusebio Lucía Olmos.
6.- De la dictadura al protagonismo político (1921-1931)

El retroceso de la organización socialista sucedió en paralelo con la profunda crisis nacional producida en la política española, con el palpable deterioro de la monarquía de Alfonso XIII. La situación socioeconómica, los reveses militares en Marruecos y el agotamiento de la clase política de la Restauración, “justificaron” para ciertos sectores de la sociedad española que el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, protagonizara un consentido pronunciamiento militar el 13 de septiembre de 1923, en sintonía con el desarrollo de los regímenes fascistas en Europa.
A pesar de la expresa condena con que la organización socialista recibió el golpe de Estado, el régimen militar fue tolerado por ella, mostrando un verdadero pragmatismo en su colaboración con su política social. Los resultados no se hicieron esperar, pues durante el régimen primorriverista mejoraron sustancialmente las condiciones de vida de los trabajadores, a la vez que la UGT consiguió ampliar notablemente su organización. Este protagonismo político del sindicato, que vino a unirse a la carencia de vida parlamentaria y las restricciones dictatoriales para la de los partidos, dejó sin contenido al socialista hasta el año 1928.
Pero no fue unánime entre los dirigentes la aceptación de esta tolerancia hacia la dictadura. Así como era defendida por Besteiro y Caballero, tanto Indalecio Prieto como Fernando de los Ríos se oponían a ella. La aceptación por parte de Caballero de la vocalía obrera en el Consejo de Estado, en octubre de 1924, provocó la dimisión de Prieto de la ejecutiva del partido por entender que era necesaria una firme oposición a la dictadura militar. Ésta, por su parte, trataba de perpetuarse con la formación de un directorio civil, lo que sucedió en diciembre de 1925, una semana antes de que, tras su larga enfermedad, falleciera el día 9 Pablo Iglesias en su domicilio de la madrileña calle de Ferraz. Su entierro constituyó la mayor manifestación multitudinaria hasta entonces conocida, y para sustituirle en la Presidencia del partido fue designado el catedrático de Lógica de la Universidad Central Julián Besteiro, quien había venido desempeñando la vicepresidencia durante los últimos 10 años.
Poco a poco se fue acusando un creciente distanciamiento del régimen, como se puso de manifiesto en los congresos extraordinarios que celebraron partido y sindicato en 1927, al rechazar por unanimidad los escaños ofrecidos por Primo de Rivera en la Asamblea Nacional Consultiva a seis dirigentes del sindicato por él mismo designados. La coyuntura económica se veía cada vez más cargada de dificultades. El rey, temeroso de que la dictadura arrastrase en su caída a la monarquía, forzó la dimisión de Primo de Rivera en enero de 1930, para ser sustituido por el gobierno más aperturista del general Berenguer.
En agosto se celebró una importante reunión de representantes de las fuerzas progresistas y republicanas que firmaron el llamado “Pacto de San Sebastián”, por el que se comprometieron en una estrategia común destinada a instaurar un régimen republicano. En dicha reunión participaron a título personal Prieto y de los Ríos, si bien su postura fue ratificada a su regreso por el Comité Nacional. En diciembre, bajo un clima social y político totalmente deteriorado, queda decidido un levantamiento de militares republicanos, apoyado por una huelga general. Sin embargo, la anticipación del destacamento de Jaca hizo fracasar el intento, siendo inmediatamente fusilados sus protagonistas: los capitanes Galán y García Hernández, y detenidos en Madrid varios miembros del Comité Revolucionario. La postura contraria de Besteiro a todo este proceso aliancista con los republicanos fue la causa de su dimisión como presidente del PSOE, en febrero de 1931, tras encontrarse en minoría dentro de la dirección del partido.
El gobierno hubo de convocar para el 12 de abril elecciones municipales, que se convirtieron en un verdadero plebiscito contra la monarquía. Los candidatos republicanos triunfaron en las principales ciudades españolas, cuyas calles y plazas se convirtieron en hervideros de gentes entusiasmadas. A media tarde del día 14, la República se había anunciado ya en las principales ciudades. En Madrid, una gran multitud se había ido concentrando en la Puerta del Sol, frente al Ministerio de la Gobernación, hacia donde se dirigió el Comité Revolucionario. El edificio estaba custodiado por un destacamento de la Guardia Civil, entre los que Miguel Maura se abrió paso con la frase: “¡Señores, paso al gobierno de la República!”. Los guardias civiles se cuadraron y presentaron armas. Había nacido el gobierno provisional de la II República española. A las 8:30, Alcalá Zamora, en nombre del nuevo gobierno, se dirigió a los españoles desde el balcón principal del edificio en una alocución que fue transmitida por radio. Poco después, Alfonso XIII abandonó el Palacio Real en un automóvil con dirección a Cartagena, donde embarcaría en el crucero Príncipe de Asturias hacia el exilio.

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