Con decenas de columnas del Grupo Wagner hacia Moscú, Yevgeni Prigozhin, líder de los mercenarios, ha detenido el avance tras negociar con Alexander Lukashenko, presidente bielorruso, a 200 kilómetros del Kremlin.
“Salimos el 23 de junio en la Marcha de la Justicia. Ese día avanzamos hasta estar a casi 200 kilómetros de Moscú. En ese tiempo no hemos derramado ni una sola gota de sangre de nuestros combatientes”, ha señalado el jefe paramilitar.
“Comprendemos la responsabilidad de este derramamiento de sangre rusa de una de las partes y vamos a dar marcha atrás a nuestros convoyes y a regresar a los campamentos según el plan”, añadió.
Horas antes, el Ministerio de Defensa de Reino Unido daba por hecho que el Grupo Wagner se había hecho con Rostov, lo que Moscú consideró un acto de rebelión.
Según Defensa británica, el grupo que lidera Prigozhin, y con él a la cabeza, habría conquistado la sede del mando sur ruso. Ya se estaría dirigiendo hacia Moscú.
Se trataría, para la Inteligencia de Reino Unido, del “desafío más importante de los últimos tiempos para el Estado ruso”.
Wagner controla, según afirman, “zonas claves de seguridad” en Rostov, entre ellas, “el cuartel general que lleva las operaciones militares en Ucrania”.
Además, Londres sostiene que hay “evidencias” muy limitadas de enfrentamientos entre los mercenarios y las tropas rusas.
Algunas, incluso, “han permanecido pasivas”, como muestra de “consentimiento” hacia los miembros de Wagner.
Así, estaríamos ante la culminación de la “enemistad” entre Prigozhin y el Ministerio de Defensa ruso y, en concreto, son el ministro Sergei Shoigu.
De hecho, el avance de los paramilitares mercenarios ya alcanza la región de Lipetsk, ha confirmado su gobernador. Se encuentra a tan solo 360 kilómetros de Moscú.
La rebelión de Prigozhin habría comenzado la noche del viernes al sábado después de que muchos de sus mercenarios murieran a manos, supuestamente, del propio Ejército ruso.
¿Wagner contra el Ejército?
Y es que la enemistad entre el líder de Wagner y Shoigu viene de antes, cuando Prigozhin acusó al ministro de estar detrás de la falta de municiones en Bajmut. Llegó a amenazar con retirarse de la ciudad y entregarla a otro grupo colaborador de Vladimir Putin.
Dicha enemistad se ha convertido en una “confrontación militar absoluta” que amenaza gravemente la integridad de Rusia
De mantenerse esta situación, las próximas 48 horas serán cruciales para el desarrollo de la crisis, especialmente, por el rol de la Guardia Nacional Rusa.
Entretanto, el Servicio Federal de Rusia abrió el viernes una causa penal contra Prigozhin por incitación a la rebelión armada.
Por su lado, el jefe de Wagner se defiende, respondiendo a Putin que no son traidores, sino “patriotas”. “En cuanto a la traición a la patria el presidente está sumamente equivocado. Somos patriotas de nuestra patria. Hemos luchado y seguiremos luchando. Todos los combatientes del Grupo Wagner. Y ninguno de nosotros va a plegarse a las demandas del presidente del FSB ni de nadie más”.
Mientras, desde Occidente observamos expectantes los movimientos de unos y otros a ver cómo se desarrollan los hechos.