Lo han hecho en la Mesa del Congreso, donde tienen mayoría.
Ayer quedó bloqueada la reforma de la Ley de Estabilidad en la Mesa del Congreso al unir sus votos PP y Ciudadanos. De este modo se frena también intento del Gobierno de Pedro Sánchez de evitar el veto del Senado de la senda de déficit.
El Ejecutivo se encuentra, así, con un nuevo obstáculo para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, PGE, de 2019 con el objetivo de déficit más suave después de acordarlo con Bruselas, lo que permitiría alrededor de 5.000 millones de euros extra de gasto público.
Ana Pastor, presidente del Congreso, participó en la decisión de la Mesa, por lo que los socialistas la han acusado de permitir “filibusterismo”.
Por una cuestión de plazos, el Gobierno quiere tramitar por vía de urgencia y lectura única la reforma de la Ley de Estabilidad Presupuestaria para evitar el veto del Senado a la senda de déficit.
La vía urgente permite que se tramite en unos tres meses, mientras que la vía ordinaria podría llevar entre seis y ocho meses, o incluso más.
Se descarta modificar la ley mediante un decreto porque, según explicó Adriana Lastra, portavoz parlamentaria del PSOE, “sería inconstitucional”.
El Ejecutivo pretende reformar la ley antes de noviembre, que es cuando quiere presentar en el Congreso el proyecto de los Presupuestos.
Ahora, los socialistas van a intentar que sea el pleno el que apruebe la tramitación urgente. De no conseguirlo, podría resignarse a aprobar los Presupuestos con el déficit previsto por el PP.
De hacerse esto último, el recorte adicional para la Administración central representa tan solo una décima del PIB, en torno a mil millones de euros. Serían las autonomías y los gobiernos locales los que deberían aplicar un mayor ajuste.