Con las calles en silencio y la luna aun en alto, camina por las calles, con el sueño agarrado a las pestañas, y la nube atrapada en sus deseos, que se convertirán en órdenes y deberes. Y le nace la rebeldía de las sombras y le crecen las preguntas y se estremece, pero avanza a paso firme, con la nube puesta en el deseo de ser autónoma, va a trabajar y se le pega a la piel el frío y la cadencia de los pasos la atrapan. Hasta que se encuentra con otra noche más oscura, la de los miedos y las angustias maternas que la frenan y la retienen y lo poco que compensa cobrar un sueldo tan bajo para madrugar tanto y hace balance y desiste de perder el tiempo, lo dedicará a sus sueños, que aunque aún no le reportan nada quien sabe si en un futuro…y se adhiere a la idea y empieza a soñar en grande.
Los relatos de Aina. “Noche cerrada”, por Aina Rotger.
