“¿Apoyas el acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos para formar un Gobierno progresista de coalición?” es la pregunta que los militantes del PSOE están llamados a votar desde ayer y hasta las 20:00 de este sábado, una consulta cuyo resultado es vinculante.
Los afiliados con derecho a voto se han cifrado en 178.600, entre los militantes del PSOE, del PSC y las Juventudes de ambas formaciones. En esta semana, varios dirigentes de la cúpula del partido situaban el número de censados en más de 191.000 personas.
Sin embargo, la cifra final es menor. Esto se explica porque para poder ejercer el derecho al voto hay que estar al corriente de pago de la cuota de afiliado. Se calcula que un 5% de los militantes no ha domiciliado la cuota, y si lleva más de tres meses así, pierde el derecho, por lo que deberá regularizar la situación si quiere poder votar.
Del total del censo, pertenecen al PSC 17.315 afiliados, a las Juventudes Socialistas de España, unos 9.000 y alrededor de 1.000 a las Juventudes Socialistas de Cataluña.
Ya pudieron ejercer su derecho a voto ayer los que eligieron la modalidad online y se registraron para ella. Presencialmente, podrán votar en sus correspondientes agrupaciones hoy desde las 10:00 y hasta las 20:00. Algunas agrupaciones pequeñas podrán cerrar antes, pero deben permanecer operativas al menos cuatro horas.
En esta semana, el partido ha hecho campaña informativa en redes sociales, con distintos miembros de la Ejecutiva Federal dirigiéndose, en vídeos cortos –no llegaban al minuto de duración-, a la militancia pidiendo el voto a favor.
En la cúpula del partido valoran especialmente la participación como el verdadero termómetro que representa la consulta, puesto que, opinan, la gran mayoría de los afiliados votarán mostrando su respaldo al preacuerdo de coalición.
Toda la información con la que ha contado la militancia se limita al decálogo de intenciones plasmado en el documento que firmaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ante la prensa. De hecho, salvo algunos escasos nombres, no se conoce ni tan siquiera la composición del futuro Ejecutivo.
Tampoco se sabe con qué otros partidos, y el precio a pagar, se contará para alcanzar la mayoría suficiente para una investidura y posterior formación de Gobierno.