“Lo dejo”, por Francisco Estepa Vílchez.

Francisco Estepa Vílchez.

Cuando perdemos algo que amamos, tal vez el primer sentimiento que nos asalta es la negación. No es fácil aceptar la pérdida de aquello que queremos, cuando además sucede de forma totalmente inesperada. Perdí a mi madre en mis brazos y aunque fuese después de una larga enfermedad, piensas que estarás preparado, pero nunca lo estamos. Perdí a mi hermana asesinada y con el tiempo aprendes a vivir con ese dolor imborrable. El año pasado perdí a mi hermano de forma totalmente inesperada y aún me cuesta creerlo, si no fuese por el dolor al pensar en sus hijos y no poder estar cerca de ellos para transmitirles mi cariño. Para algunos, la vida es un continuo sufrimiento. Mi refugio ha sido trabajar y trabajar.

Ahora, tras muchas semanas reflexionando sobre mi corta etapa de activismo político, después de 23 años intentando hacer lo que consideraba que era lo correcto sin esperar nada a cambio, he llegado a la conclusión de que hace tiempo que debería de haber aceptado que tal vez mi forma de entender la defensa la Libertad y la Democracia no está en sintonía con el tiempo o el lugar que me ha tocado vivir. Me decía hace unos días alguien que me quiere, que toda mi vida ha sido igual, que debería buscar una actividad diferente que complemente mi trabajo [y que olvide la política]. Hoy, otro amigo que va a jubilarse y sabe de lo que habla, me ha insistido en que termine de pasar página en algo que me está haciendo perder amigos, si es que alguna vez lo fueron. Tal vez tengan razón.

Con todo esto, simplemente quiero decir adiós a algo que me apasionaba y que acepto haber  perdido para siempre, aunque en mi caso, lo afronto como un comienzo en el que tendré que aprender a dejar de lado ciertas rutinas y buscar algo que me ayude a olvidar algunas miserias de la política que he conocido, aunque tenga buenos recuerdos con compañeros y adversarios. Comencé a escribir en prensa animado por Nono Guinea hace varios años y poder escribir ahora en Diario Progresista, gracias a Mari Ángeles Solís, ha sido una maravillosa experiencia, aunque desconozco a cuantas personas les interese o les guste lo que escribo, lo que pienso y si ha servido para algo. Seguramente alguna agradecerá descansar de mí, por fin. Me considero un idealista que solamente ha intentado ser útil a la sociedad, pero que por mi salud, debo aceptar que es mejor rendirme ya, antes que enfermar o perder más de lo que ya he perdido.

Fue un artículo de José Andrés Torres Mora “sobre el conocimiento de las derrotas” en 2011, lo que me ha ayudado a no rendirme durante estos últimos 10 años de activismo político desde mi baldosa. Yo ahora me siendo derrotado y no me avergüenza reconocerlo. Es la aceptación de unos hechos que ven quienes me rodean y como dije al principio, me negaba a aceptar. Para pelear, además de una motivación, hace falta tener una buena salud y ambas las he perdido. Después de la guerra, viene la paz y es una oportunidad de empezar un nuevo camino centrado en mi trabajo, mi familia, mis amigos y seguir estudiando para intentar aprobar las dichosas oposiciones. Creo que mi madre estaría orgullosa de mí, a pesar de los errores que haya cometido. Gracias, hasta siempre, salud y república.

3 thoughts on ““Lo dejo”, por Francisco Estepa Vílchez.”

  1. Gracias Francisco Estepa por tu lucha y estímulos dados a personas como yo, que seguramente tengo bastante de lo que tu hacias fuerza para mantenerte durante esos 10 años.
    Lamentablemente a esa conclusión que tu has llegado, estamos en ciernes alguno mas. La situación política e ideológica actual de este pais, es irreconocible en los cánones estadar y por lo tanto facil de que produczca desazón e incertidumbre.
    Lamento que me retires esos estímulos que me llegaban con tus columnas.
    Únicamente desearte toda la felicidad posible y que recuperes tu paz y sosiego.
    Un abrazo permanente.

  2. «La Política para los que viven de ella.» «Los mismos perros con diferentes collares». Me dijo una vez un señor de derechas, ya mayor (esto fue pocos años antes de la transición democrática), que había pasado la guerra escondido en una cisterna para que no lo mataran por sus ideas políticas. Yo pensaba, mientras me lo decía, «que va a decir un facha cobarde como tú, escondido mientras otros se dejaban la vida por defender la republica que nos robaron». Actualmente, cuando recuerdo aquella ocasión, lo veo de otra manera; tres de mis tíos murieron por la república, para nada, porque perdieron la guerra, y porque ninguna guerra sirve de nada, mientras que él se salvaba escondido bajo la tierra. Ya no le juzgo. Ahora que me voy acercando a la edad de él, no puedo culparle por salvar su vida. Y coincido con él después de mi corta experiencia en el PSOE, en que la vida de los políticos no es precisamente mi ideal de vida, al menos la de los que yo conocí. Pero aún sigo pensando que la democracia es necesaria, y que la justicia social de una democracia siempre será superior a la de una dictadura. O sea que, no me convenció con sus ideas fascistas, y no creo que nadie pueda hacerlo jamás.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *