Llega la desaceleración prevista por el Banco de España

Llega la desaceleración prevista por el Banco de España

El organismo regulador apunta al deterioro del entorno internacional como una de las causas.
En una conferencia, Óscar Arce, director General de Economía y Estadística del Banco de España, ha confirmado que se está produciendo una desaceleración del crecimiento de la economía española, “en parte prevista”, como consecuencia del deterioro del entorno internacional, la incertidumbre que se deriva de la fragmentación parlamentaria y el aparente incremento de la incertidumbre relacionada con Cataluña.

Así, este director general del organismo regulador ha detallado que el aumento del PIB se está contrayendo y desacelerando, aunque confía en que el crecimiento sea “superior al potencial en el medio plazo”.

No obstante, hay riesgos en esta previsión, puesto que tienen un gran peso las incertidumbres externas relacionadas con los efectos de la normalización de las políticas monetarias, en especial en estados unidos, las condiciones financieras globales y la situación de las economías emergentes. También, la posible reaparición de tensiones geopoliticas o el crecimiento del número de medidas proteccionistas.

“De particular relevancia para la economía española resulta el desenlace del Brexit y la situación en Italia”, ha señalado. Respecto a esto último, el impacto en el riesgo financiero del país transalpino ha sido “notable”, pero no tanto en otros socios de la Unión Europea, donde ha sido “limitado”.

A nivel de España, Arce entiende que la fragmentación parlamentaria está suscitando incertidumbre acerca del desarrollo de algunas de las más importantes políticas económicas, al igual que un posible repunte de la incertidumbre que tenga que ver con la situación política en Cataluña, que sigue siendo “un riesgo adicional para la estabilidad económica”.

Insistió en que hay que corregir ciertos desequilibrios que continúan existiendo con el fin de asentar un crecimiento mayor a largo plazo. Se refirió, en este asunto, a la tasa de paro, la productividad, la posición de inversión internacional neta y la deuda pública. Asimismo, el envejecimiento de la población constituye un desafío “de primer orden” para el crecimiento potencial y las cuentas públicas porque el número de personas activas queda limitado.

Respecto a Europa, el director general haa señalado que la desaceleración en la eurozona “es mayor de lo esperado, tras un impulso notable en 2017”, aunque confía en que continúe la fase expansiva cimentada en distintos soportes, como la mejoría del mercado de trabajo y unas condiciones financieras “holgadas”.

La previsión es que en esta zona la política fiscal sea “ligeramente espansiva” durante los dos próximos años y que la política monetaria seguirá estimulando, de forma que la inflación continúe sosteniendo el ajuste hacia niveles alineados con el objetivo.

El crecimiento económico de la Unión seguirá estando apoyado en estos factores por encima del potencial, aunque se vea afectado por la desaceleración del comercio exterior y el aumento de la incertidumbre, lo que ha llevado a que se hagan revisiones a la baja respecto al crecimiento esperado. Estas revisiones nos recogen todavía la “sorpresa negativa” del tercer trimestre.

En consecuencia, el Banco Central Europeo, BCE, el FMI y el Eurobarómetro, estiman un crecimiento del 2% en 2018, mientras que Bruselas lo valoraba en un 2,1% y la OCDE en un 1,9%. Respecto a 2019, la previsión de la Comisión Europea y el FMI señalaban un crecimiento de un 1,9%, mientras que el BCE y la OCDE, estimaban un 1,8% y el Eurobarómetro un 1,7%.

Arce ha explicado que la economía mundial muestra “señales de fatiga” y que se han advertido diferencias crecientes entre países en un escenario en que el estímulo fiscal contribuye a mantener el crecimiento estadounidense. Ante la globalización del entorno macrofinanciero, advierte de la ralentización del comercio internacional en 2018 y la implantación de medidas proteccionistas: “Una escalada proteccionista en Estados Unidos tendría un impacto significativo sobre la actividad”.

Precisamente, que el comercio internacional empeore justifica una parte importante de la sorpresa negativa del crecimiento mundial en este año. Así, el BCE, el FMI, la OCDE y la Comisión Europea han hecho una proyección al alza del 3,7% este año, algo que solo el FMI sostiene para el que viene, y los demás lo reducen a un 3,5%. Finalmente, el director general ha indicado que, al endurecerse las condiciones financieras en Estados Unidos, los mercados emergentes se verán afectados.

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