Literatura LGTBi: clásicos y maravillosos

Literatura LGTBi: clásicos y maravillosos

La poeta griega, Safo, además del dramaturgo y escritor Óscar Wilde, ya dejaron plasmada en la literatura universal lo que hoy defendemos como doctrina queer. Los placeres y desafíos de la experiencia LGTBQ+ han sido materializados en multitud de obras, de gran profundidad, alertando a la sociedad retrograda y oscurantista que existen caminos dirigidos al placer humano que escapa de los límites de lo admitido convencionalmente, puesto que abarca toda una realidad. Escapando de censuras, los caminos del placer carecen de límites y tienen que ser aceptados y respetados por toda la sociedad. La pluma de muchos escritores trabajó para ello.

Podrían citarse infinidad de obras, aunque destacaremos cinco de las muchas que existen a lo largo y ancho del mundo. El objetivo es rescatar algunas de las que recogen historias de lo que ahora conocemos como el canon LGTB. Son obras brillantes, y lo más relevante se descubre una vez han sido leídas.

  1. “El color púrpura” de Alice Walker (1982)

Esta novela relata el abuso, la misoginia y el racismo en la Georgia rural, detallando escenas realmente crudas que muestran una opresión institucionalizada. Es un alegato para reivindicar la necesidad de reivindicar para cada uno su propia vida. La novela se basa en las cartas de Celie, su protagonista, dirigidas a Dios y a su hermana Nettie. Finalmente, la novela nos muestra la solidaridad femenina, a través de una historia de amor donde el placer y la pasión son correspondidos.

  1. “Stone Butch Blues» de Leslie Feinberg (1993)

Esta novela es una narración y descripción de la experiencia lésbica y trans. “Según la ley, teníamos que llevar puestas tres prendas femeninas. Nunca nos intercambiábamos la ropa. Tampoco nuestras hermanas, las drag queens. Sabíamos, como tú, lo que se venía. Necesitábamos llevar las mangas arremangadas y nuestro pelo hacia atrás para poder soportarlo”. En ella, se narra la vida de una lesbiana de la clase obrera, Jess Goldberg. Se especifica en esta obra la tremenda tremenda brutalidad de la Policía hacia este colectivo. Una palabra para resumir esta obra es, sin duda, resistencia.

  1. “La línea de la belleza» de Alan Hollinghurst (2004)

En  esta obra se enlazan con excelsa belleza las cuestiones de clase, política y sexo. La historia se inicia con la segunda victoria electoral de Margaret Thatcher y Nick Guest, el protagonista, es un joven universitario que reside en Notting Hill, en casa de una familia acomodada. Concretamente, la casa de un político, pues el hijo de éste es amigo de Guest. El protagonista mantiene en secreto su sexualidad pero, a lo largo del relato, se va descubriendo. Más aún cuando se desarrolla la crisis del Sida.

  1. “Fruta prohibida” de Jeanette Winterson (1985)

El debut de la autora está condicionado por su crecimiento personal como lesbiana, dentro de una familia adoptiva de corte claramente religioso. “A la gente le gusta separar la narrativa que no son hechos de la historia que lo es. Lo hacen para saber qué creer y qué no”. Winterson relata los hechos de un modo natural, divertido y fresco. Relata las consecuencias de tener una madre adoptiva, devota y claustrofóbica, que castiga con inmensa crueldad al amor que no es el convencionalmente admitido por la religión.

  1. “Orlando” de Virginia Woolf (1928)

Esta obra es tanto una novela basada en diálogos, como el reflejo de una historia particular, como un conjunto de cartas de amor. Escrita para la maravillosa Vita Sackville-West, mujer con la que Woolf mantuvo una historia de amor. La lectura produce vértigo porque tras tres siglos de historia, hay un estremecedor poético. En ella se analiza la sexualidad, el género, el proceso artístico y el poder.

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