No hubo sorpresas y la Ley de Amnistía superó su primera votación parlamentaria con el respaldo del bloque de investidura sin Coalición Canaria.
Tras un Pleno bronco, como se esperaba, los 178 votos de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, Podemos y BNG han sido suficientes para que la norma que los socialistas pactaron con los republicanos catalanes y los neoconvergentes se tome en consideración e inicie su andadura parlamentaria.
En contra, como también era de esperar, 172 diputados votaron en contra: los de PP, Vox, UPN y Cca. No hubo abstenciones.
Además, la votación fue pública, es decir, a viva voz. De este modo, a medida que se nombraba a los diputados, debían levantarse y pronunciar el sentido de su voto.
Una estrategia, a instancias de los populares para “señalar” a los diputados socialistas que votaron a favor.
Así se lo recriminó Patxi López, portavoz del Grupo Socialista, a Alberto Núñez Feijóo, en su réplica al líder del PP. Pese a que la habría defendido Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, el jefe del Ejecutivo no pudo asistir al Pleno.
Esa misma tarde recibió, acompañando a Felipe VI, al rey de Jordania y, posteriormente, debía viajar a Estrasburgo por un compromiso comunitario.
Tampoco, Félix Bolaños, ministro de Presidencia y quien registró la Ley de Amnistía en el Congreso, por lo que fue López el encargado de defender la norma.
Ahora, una vez aprobada la toma en consideración, la Mesa del Congreso abre un primer plazo de enmiendas. Durante él, se podrán presentar enmiendas de totalidad con texto alternativo o enmiendas parciales.
En todo caso, el Grupo Socialista y sus socios han pedido que se tramite por la vía de urgencia, con lo que los plazos se acortan a la mitad.
Una vez aprobadas o rechazadas las enmiendas, el texto definitivo pasará al Senado, donde la mayoría absoluta del PP ralentizará su tramitación. Eso sí, no más de dos meses.
Tras ello, la Ley de Amnistía volverá a la Cámara Baja donde, si no hay sorpresas, quedará definitivamente aprobada, seguramente, ya para primavera.