Por Carolina Gutiérrez Montero (investigadora biomédica)
Si entendemos la Inteligencia Artificial (IA) como esa inteligencia que podría permitir a las máquinas tener unas capacidades cognitivas similares a las humanas, podemos comprender fácilmente el papel que diferentes equipos médicos podrían alcanzar a la hora de llevar a cabo determinados diagnósticos si se les prepara para ello.
En este sentido el diagnóstico de tres enfermedades como son el Alzheimer, el cáncer de mama y la malaria podría verse mejorado gracias a la IA.
En el primer caso, el uso de imágenes de resonancia magnética perfeccionada ha permitido adelantar el diagnóstico cerca de 2 años (antes de la aparición de síntomas clínicos específicos de la enfermedad) con la utilización de imágenes neurológicas de pacientes sanos, pacientes con un deterioro cognitivo de bajo grado y pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Para el cáncer de mama su diagnóstico precoz y la reducción en la realización de biopsias se ha visto mejorado mediante el uso de equipos específicos de mamógrafos entrenados para llevar a cabo una mejor precisión diagnóstica.
No obstante en ambos casos se pone de manifiesto que el diagnóstico se ve mejorado mediante el trabajo conjunto con radiólogos especializados.
En el último caso, la malaria, enfermedad infecciosa aún no controlada, podríamos encontrar un beneficio en su cura mediante la utilización de la IA, pero en esta ocasión sería para el desarrollo a partir del análisis e información ya generada previamente, de agentes frente al parásito causante de la enfermedad.
Ejemplos todos ellos que ponen de manifiesto como la buena aplicación de la IA puede beneficiar nuestra salud.