Este jueves, Junts y PSOE han llegado a un pacto de investidura en el que se habla, además de la amnistía, de un referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Así, en el documento que los socialistas enviaron a los medios, con las páginas del acuerdo escaneadas, ambas formaciones admiten las diferencias que les separan.
“Profundas discrepancias”, concretamente, menciona el texto, en que dicen ser “conscientes de la complejidad y de los obstáculos del proceso que se disponen a emprender”.
“Por un lado”, continúa, “Junts considera legítimo el resultado y el mandato del referéndum del 1 de octubre”.
Asimismo, “la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017. Por el otro, el PSOE niega toda legalidad y validez al referéndum y a la declaración, y mantiene su rechazo a cualquier acción unilateral”.
“Al mismo tiempo, constatan que se pueden alcanzar acuerdos importantes sin renunciar a las respectivas posiciones”, prosigue.
De este modo, entre las partes del acuerdo, alcanzan un consenso para “dotarse de un mecanismo […], internacional”, a modo de mediador o verificador.
El texto menciona, en concreto, “que tenga las funciones de acompañar, verificar y realizar el seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos a los que se llegue”.
Todo ello, “dadas las profundas discrepancias sobre la forma final de la resolución del conflicto, además de las desconfianzas mutuas”.
Además, se emplazan a reunirse este mismo noviembre para plantear diversas “cuestiones”. Respecto al “reconocimiento nacional, Junts propondrá la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Catalunya”.
Para ello, se amparan en el “artículo 92 de la Constitución”. En cambio, el PSOE “defenderá el amplio desarrollo, a través de los mecanismos jurídicos oportunos, del Estatut de 2006”.
Igualmente, “el pleno despliegue y el respeto a las instituciones de autogobierno y la singularidad institucional, cultural y lingüística de Catalunya”.