Si el ataque y los secuestros de civiles por parte de los terroristas de Hamás en territorio israelí fue una barbarie, no lo es menos que Israel ataque hospitales y residencias civiles.
Menos lo es que el viernes el Ejército israelí atacara un convoy de ambulancias con la excusa de que una de ellas transportaba terroristas. No hay evidencia alguna de su afirmación ni la ha aportado.
Ahora, este sábado, las fuerzas Israel han asesinado a al menos 17 personas y dejado heridas a otras 70.
Ha ocurrido al atacar al hospital infantil Al Nasr y la escuela Al Fakhoura de la ONU en el norte de la Franja de Gaza. Además, ha continuado lanzando bombas contra el campo de refugiados de Jabalia.
Según denuncia el Ministerio de Sanidad gazatí, “la masacre de la escuela Al Fakhoura cometida por la ocupación israelí esta mañana dejó 15 muertos y 70 heridos”.
Asimismo, informa, otro ataque en la puerta del hospital infantil Al Nasr ha provocado “dos muertos y muchos heridos”.
Cabe destacar que, en el momento del bombardeo, unos 4.500 palestinos de la zona de Beit Lahia y Jabalia se refugiaban en la citada escuela.
Se trata de un alberge que designó la agencia para los desplazados palestinos de Naciones Unidas (UNRWA).
Al mismo tiempo, fuerzas de Israel atacaron varios generadores eléctricos. Entre ellos, el del hospital Al Wafa. Además, lanzaron bombas contra celdas solares de edificios residenciales y del Instituto Al Amal para Huérfanos.
Bombas contra ambulancias por parte de Israel
Estos ataque llegan un día después del ataque al convoy de ambulancias. Un hecho calificado por las autoridades sanitarias de Gaza como “un crimen”. Asimismo, António Guterres, secretario general de la ONU, se ha mostrado “horrorizado”.
Y eso que el Ministerio de Sanidad gazatí avisó de que iba a evacuar heridos hacia Egipto.
Por ahora, la ofensiva de Israel sobre la Franja ha dejado casi 9.500 muertos, la mayoría niños y mujeres.
De hecho, las autoridades de Gaza calculan que han muerto 3.900 niños y 2.509 mujeres, a lo que se unen unas 2.000 desaparecidos. Probablemente, 1.250 menores se encontrarían bajo los escombros.
Además, hay más de 24.000 y alrededor de 1,5 millones de desplazados, padeciendo condiciones de vida extremas.
Todo ello en un escenario de colapso de los hospitales, grave escasez de agua potable, así como de alimentos, medicinas, electricidad y combustible.
Entretanto, la comunidad internacional sigue poniéndose de perfil y apenas hace tímidos intentos para conseguir un alto el fuego.
Mientras, Israel continúa con su decisión de exterminar al pueblo palestino, como queda en evidencia al no respetar regla de guerra alguna.
Seguramente, asesinar a tanto niño palestino es una estrategia para que, cuando crezcan, no se vuelvan contra los israelitas.