Este miércoles, Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo en funciones, se enfrenta a su quinta investidura y su posible tercer Gobierno.
Cabe recordar que lleva en el cargo desde junio de 2018, aunque, antes, en 2016, se postuló para presidir el Ejecutivo. Para ello, contó con el respaldo del Ciudadanos de Albert Rivera y Coalición Canaria.
Posteriormente, fue cuando ganó la moción de censura (2018), que implica una investidura, contra Mariano Rajoy.
Tras no poder sacar adelante los Presupuestos Generales para 2019, ganó las elecciones de abril de ese año, pero no logró la confianza del Congreso.
Así que, en noviembre de ese mismo año, revalidó como la opción más votada en los comicios.
Esta vez sí hubo acuerdo con Unidas Podemos, que lideraba Pablo Iglesias, conformando el primer gobierno de coalición de la historia de la democracia reciente.
De este modo, si saca adelante ahora la investidura, será la primera vez desde la restauración de la democracia en España que gobierna un partido que no ha ganado las elecciones.
Y esto es posible gracias a los acuerdos que el PSOE, y Sumar, han logrado con los partidos que en la anterior legislatura sostuvieron al Gobierno.
Los que quedan, claro, salvo Junts, que, ahora sí, supuestamente apoyará que Sánchez vuelva a ser presidente.
Unos acuerdos que han centrado el debate político y social, incluso el económico, de los últimos meses. Especialmente, tras los ajustados resultados de las elecciones del 23 de julio.
Sobre todo, más en las últimas semanas tras la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo, la polémica ha girado en torno a la ley de amnistía.
Una norma respecto a la cual la derecha extrema, la extrema derecha y hasta el CGPJ se han pronunciado sin que se hubiera, ni siquiera, registrado.
Amnistía, entre otras cosas, a cambio de investidura
No obstante, el registro de la ley de amnistía llegó de la mano del PSOE, en solitario, este pasado lunes. En principio, la iban a haber firmado todas las formaciones de las que dependerá su aprobación en el Congreso.
Es decir, Sumar, ERC, Junts, Bildu, BNG y PNV. Sin embargo, en un inesperado giro de timón y por causas cuyos detalles se desconocen plenamente, todos decidieron no suscribir la proposición de ley. Salvo el PSOE.
Sea como sea, Sánchez aborda el debate a partir de las 12:00 de este miércoles en su primera jornada. La sesión plenaria continuará el jueves y se votará.
Para lograr la confianza de la Cámara Baja, el candidato necesita mayoría absoluta, 176 votos a favor. En un principio, cuenta con 179: los 121 socialistas, más los de los citados partidos a los que hay que sumar el voto de Coalición Canaria.
Si Sánchez no lo lograra, se convocará una segunda votación. Después de que el candidato vuelva a pedir la confianza de los diputados, sus señorías volverían a votar.
Sería el sábado y, entonces, al candidato socialista le bastará con mayoría simple, más votos a favor que en contra, para superar la investidura.