Los incendios forestales arrasan Rusia

Los incendios forestales arrasan Rusia

Más de 1,39 millones de hectáreas han arrasado los incendios forestales en la región siberiana de Yakutia, en la Siberia oriental desde el pasado martes. Esto ha llevado a que las autoridades haya evacuado a poblaciones completas.

De hecho, en el distrito de Namsky se ha evacuado a alrededor de 109 personas de varias aldeas de la zona. Los incendios forestales que asolan esa área amenazaban a varias localidades y se extendían a gran velocidad debido a los fuertes vientos.

Por su lado, el Servicio de Protección Aérea de Bosques (Avialesoojrana) ha señalado que siguen activos 90 incendios en Yakutia. Afectan a las citadas 1,39 millones de hectáreas de terreno. En el total del país se contabilizan 174, según Sputnik.

El Gobierno de Rusia se vio obligado este domingo a declarar el estado de emergencia por la proximidad de un incendio forestal al centro de investigación nuclear de Sarov.

El área arrasada por los incendios forestales en Rusia es el equivalente a Serbia y Montenegro juntas. Tal es así que los expertos en meteorología y Greenpeace hablan ya de los peores incendios en la historia del país desde que hay registros.

Todo ello coincide con la presentación de la primera parte del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.

Panmao Zhai, uno de sus responsables, presentó este lunes este informe que responsabiliza al ser humano del cambio climático sin la menor duda. El estudio será, como lo ha definido, la gran herramienta científica para los políticos cara a la Cumbre del Clima de Glasgow de noviembre.

El informe subraya y alerta de que una buena parte de los efectos de que la temperatura aumente 1,5 grados ya es irreversible. Los cambios bruscos, las gotas frías, las olas de calor y, con ello, los incendios forestales son una clara muestra del cambio climático.

Los cerca de 250 científicos del clima de todo el mundo advierten, en palabras de António Guterres, de que son “un código rojo para la humanidad”.

“Las campanas de alarma son ensordecedoras”, ha lanzado. “Este informe debe sonar como una sentencia de muerte para el carbón y los combustibles fósiles, antes de que destruyan nuestro planeta”, ha sentenciado.

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