Historia de las tres mociones de censura de la democracia (1980, 1987 y 2017)

Historia de las tres mociones de censura de la democracia (1980-1987 y 2007)

En las ocasiones anteriores no fructificaron.
El pasado viernes se registró la cuarta moción de censura de la historia de la democracia española impulsada por el PSOE y con el apoyo ya explícito de Unidos Podemos. No ha pasado un año desde que Pablo Iglesias promoviera la tercera, y fracasara. En las dos anteriores tampoco salieron adelante.
En 1980, un joven Felipe González al frente de los socialistas españoles buscaba, más que triunfar con la moción contra Adolfo Suárez, fijar la atención de la sociedad española sobre “un proyecto global de Estado”, porque así lo diseñó Alfonso Guerra. “Esta moción de censura ha sido ya útil como procedimiento de dinamización de la vida política, como fórmula de creación de una ilusión colectiva que ha terminado con el mito del desencanto político”. González aprovechó el debate para presentarse como candidato a la presidencia. Como era de esperar perdido por los 166 votos en contra frente a los 152 a favor, pero, en 1982, el PSOE alcanzaba el poder con 202 diputados y en el permaneció, con altos y bajos, durante 14 años.
7 años después, Antonio Hernández Mancha, de la entonces Alianza Popular, trató de imitar la misma estrategia y ante el ascenso de Suárez con el CDS. Prácticamente todo el Congreso críticó su estrategia para relanzar su figura, cuestionada en su propio partido. “En los últimos meses se ha producido la prueba del fracaso del socialismo español. Ahora se da una gravedad que no había hace un año”, dijo el líder popular. El resultado fue una debacle, con 195 noes, 71 abstenciones y tan solo 66 a favor. “Estoy exultante. Por fin los agricultores, ganaderos, médicos y trabajadores en general conocen que hay una propuesta y una alternativa al gobierno socialista”, declaró a la salida del Parlamento cegado por su propia de vanidad. Tan solo dos años después, José María Aznar se alzaba con el liderazgo del partido, refundado en el actual PP.
Tuvieron que pasar, prácticamente, treinta años hasta que se volviera a presentar, y fracasar, una nueva moción de censura. En esta ocasión fue Pablo Iglesias, líder de Unidos Podemos, contra el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. No obtuvo el respaldo de PSOE, Ciudadanos o PNV. Sabía que no saldría adelante, pero quiso repetir la estrategia para presentarse como un referente de los votantes de izquierda. “Hoy tenemos la oportunidad de hacer algo por el bien de España. Echarles, sacar al PP de las instituciones”, dijo con dureza dirigiéndose a Rajoy. “Usted va a pasar a la historia como el presidente de la corrupción”. Como era de esperar, e Iglesias lo sabía, 170 noes, 97 abstenciones y 82 síes dieron al traste con esta moción.
Hubo otros dos conatos, una en 1995, cuando José María Aznar propuso a Julio Anguita, Izquierda Unida, presentarla contra Felipe González, y la que anunció Alfredo Pérez Rubalcaba en 2013 para obligar a Mariano Rajoy a comparecer para que diera explicaciones por el caso Gürtel. Ahora, Pedro Sánchez intentará repetir la jugada, con la especial característica de que no es diputado.

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