José Bono Rodríguez, hijo de José Bono, ha sido objeto de uno de los más asquerosos y rastreros bulos de la campaña de la ultraderecha. Esta crisis del coronavirus está siendo aprovechada por los ultraderechistas yendo a lo más bajo y arrastrado de la condición humana, por perverso que pueda ser.
El hijo del que fue ministro de Defensa entre 2004 y 2006 ha sufrido los ataques de la caverna ultraderechista con mensajes en redes sociales. Él y su pareja, Aitor Gómez, presentaron en una comisaría de Madrid al saber de unos montajes y mensajes falsos mayormente en Twitter y WhatsApp.
Unas cadenas con contenido homófobo y calumnias. En esos mensajes se trataba de implicar falsamente a Aitor y a José Bono Rodríguez con la compra en China de test defectuosos. Y, además, de llevarse comisiones millonarias.
Por descontado que Aitor, periodista y joyero, y el hijo del también ex presidente de Castilla-La Mancha tienen nada que ver con esas partidas defectuosas. Lo más cerca que han estado de productos farmacéuticos es el ibuprofeno.
Los bulos, las fake, están a la orden del día con esta crisis sanitaria y la ultraderecha se aprovecha de la situación para socavar la reputación de gente que lo único que quiere es pasar lo mejor posible el confinamiento y celebrar, cuando se pueda su próximo enlace matrimonial.
El bulo sobre José Bono Rodríguez pudo partir de César Vidal
Una estrategia que se materializó en un audio con la voz de César Vidal, un ‘comunicador’ radiofónico de posiciones de extrema derecha. “Y a lo mejor hasta nos enteramos quién se llevó la comisión por unos test chinos que no son ciertos y… A lo mejor nos enteramos, usted imagínese, por ejemplo, estoy especulando ¡eh! (risas). Esto es una simple especulación. Esas pruebas chinas… han llegado a esta España gracias a que el marido del hijo de un importantísimo político que ha ocupado cargos en España se lleva la Comisión… Repito, esto es especular eh, pero podría poner otro ejemplo”, se puede escuchar al ‘comunicador’.
Al poco, aparecieron en Twitter y WhatsApp mensajes con nombres propios y fotos, con preguntas en ocasiones y con afirmaciones groseras en otras. “Las dos putas responsables de la compra”, reza uno.
Aitor y José Bono Rodríguez piden al Juzgado que investigue el origen real de los mensajes falsos.
La calumnia y la difamación son acciones muy graves. Hacerlo cuando todavía no podemos reprimir las lágrimas de las primeras muertes de este virus, es miserable y un verdadero crimen. Y peor, utilizando, en los tiempos modernos que corren, la condición sexual ajena… ¿A alguien le importa hoy día la condición sexual ajena? Ah, sí, a la ultraderecha.
La ultraderecha inventa toda clase de calumnias, por rastreras que sean para desestabilizar la democracia.
¿como es posible que en el siglo XXI, aun existan calañas de ese tipo.
¿como nadie en este país decide cortal todas las calumnias existentes?
¿Es porque los jueces lo permiten todo?