El nexo catalán-ruso –las supuestas injerencias del Kremlin en Cataluña- causa una “preocupación extrema” al Parlamento Europeo (PE), que ha instado a España a investigarlo.
Así se desprende de la resolución, no vinculante, que la Eurocámara aprobó este jueves con un respaldo de 433 votos.
Un texto en el que se menciona expresamente a Carles Puigdemont, líder de Junts, quien no estuvo presente en la sesión, por lo que no votó.
Sí lo hicieron, en contra junto a otros 53 eurodiputados, Toni Comín y Clara Ponsatí, además, claro, de los parlamentarios europeos de ERC.
Una formación integrada en el grupo Verdes/ALE que, en el caso de la mayoría de sus miembros respaldaron la resolución. También lo hizo el grupo socialdemócrata, entre ellos los eurodiputados del PSOE. Hubo 18 abstenciones.
No obstante, los socialdemócratas rechazaron las enmiendas para profundizar en el nexo catalán-ruso que PP y Ciudadanos presentaron. Pese a ello, vieron luz verde gracias al bloque conservador del PE.
Si Puigdemont resultara culpable, se enfrentaría a sanciones internas, como perder el derecho de dietas durante 30 días a 338 euros diarios.
También podría vetarse su participación en actividades parlamentarias o la representar a la institución a lo largo de distinto periodos der tiempo.
Así, las enmiendas de la formación naranja señalan que los independentistas que, supuestamente, mantuvieron contactos con el Kremlin ahora piden “una amnistía por sus presuntos delitos”.
Por ello, solicitan que la propia Eurocámara investigue al expresident por vulnerar el código de conducta de los eurodiputados.
El PP abunda en el nexo catalán-ruso
Asimismo, las enmiendas de los populares apuntan que los contactos rusos también se abordaron con el Gobierno catalán de entonces.
Además, indican que hubo un encuentro entre el exdiplomático ruso Nikolai Sadovnikov y el propio Puigdemont en Barcelona. Se habría celebrado en la víspera del referéndum de independencia del 1-O.
Así las cosas, según el PE señala, esa injerencia en Cataluña formaba parte de “una estrategia más amplia para desestabilizar a la UE”.
De este modo, manifiesta una “preocupación extrema por las presuntas relaciones entre secesionistas catalanes y la administración rusa”.
Por ello, insta a una investigación en la línea de la que ya se sigue en la instrucción del caso Volhov en un juzgado de Barcelona.
Concretamente, que se investiguen “las conexiones de los eurodiputados supuestamente asociados con el Kremlin”.
De igual modo, “los intentos de Rusia de desestabilizar e interferir en los Estados miembros”. “De confirmarse”, expone la resolución, “las injerencias rusas en Cataluña serían parte de una estrategia más amplia de Rusia para promover la desestabilización interna y la desunión en la UE”.
Igualmente, manifiesta la preocupación por las “campañas de desinformación a gran escala” que Rusia puso en marcha en Cataluña, afirma.
El texto se negoció por parte de todas las familias políticas, excepto la ultraderecha y la izquierda.
Por último, cabe recordar que Joaquín Aguirre, el juez titular del caso Volhov, considera que hay indicios de la injerencia rusa.
A su juicio, el Kremlin estaba dispuesto a apoyar “económica y militarmente” la independencia de Cataluña para “desestabilizar la Unión Europea”.
Al mismo tiempo, apunta que Puigdemont y parte de su entorno mantuvieron ““estrechas relaciones personales” con políticos de extrema derecha de Alemania, Italia y Rusia.