Tras varios días de espera a las puertas del paso fronterizo de Rafá (Egipto), un primer convoy de ayuda humanitaria entró el sábado en la Franja de Gaza.
Tan solo 20 camiones y apenas 3.000 toneladas entre alimentos, agua y medicinas. Eso sí, ni gota de combustible, una de las condiciones que impuso Israel para permitir el paso de ayuda humanitaria a Gaza.
Sin embargo, el combustible es esencial para que los hospitales, entre otros edificios, tengan electricidad y, así, atender a los centenares de heridos y enfermos.
Pese a ello, el Gobierno del ultraderechista Benjamin Netanyahu no lo permite. Cabe recordar que Israel, como represalia, entre otras acciones, ha cortado el suministro de electricidad, agua y combustibles.
Dicho esto, este domingo entraron en la Franja 17 camiones más en un nuevo convoy con ayuda humanitaria para los gazatíes ‘prisioneros’ en Gaza. De ello han informado medios egipcios.
Por tanto, segundo día consecutivo de entrada de ayuda a Gaza. Los camiones transportan medicinas, suministros sanitarios y alimentos, según explicó Jhaled Zayed, responsable para Sinaí Norte de la Media Luna Roja Egipcia.
Así, dicho envío se ha realizado en coordinación de la Media Luna Roja de Egipto y la Media Luna Roja Palestina.
En todo caso, las organizaciones humanitarias coinciden en que la ayuda que se envió el sábado apenas cubre el 3% de las necesidades diarias.
Y no sólo las organizaciones humanitarias. La propia ONU calificó como “insignificante” y “ridícula” la cifra del número de camiones que pudieron entrar el sábado en la Franja. “20 camiones es una cantidad ridícula”, lamentaron.
Además, Israel ha dejado claro que no abrirá ningún paso fronterizo controlado por sus fuerzas militares. Toda ayuda humanitaria debería llegar exclusivamente por el citado paso de Rafá.
Al mismo tiempo, las autoridades israelíes han advertido de que, si estas ayudas terminan en manos de Hamás, dejarán de cooperar.