“El Julián Besteiro presocialista, sesquicentenario de su nacimiento”, por Eusebio Lucía Olmos.

Eusebio Lucía Olmos.

En este mes de septiembre van a ser conmemoradas las dos efemérides vitales de Julián Besteiro. El día 21 se cumplirán 150 años de su nacimiento, y el día 27, 80 de su muerte. Es de suponer que, con motivo de ambos acontecimientos, sean numerosos los homenajes a él dedicados durante los próximos días, así como los artículos de prensa o reportajes que rememoren aquéllos desde los más variados ángulos y tendencias, pues no en balde la figura de don Julián sigue siendo hoy objeto de controversia. Las características de su compleja personalidad, su fulgurante promoción en la organización socialista, su apartamiento de la misma, así como la altura y evolución de su pensamiento político, serán de nuevo tratadas por los más expertos historiadores, politólogos o filósofos. Incluso, posiblemente aparezcan nuevas y valiosas aportaciones académicas sobre tan sugerentes facetas del personaje. Por tal motivo, hemos pretendido dirigir nuestra mirada hacia lo indicado en el titular, aspecto que suele ser considerado menor, y que, por ello, se acostumbra a pasar de corrido por él, pero que, sin embargo, puede ofrecer una valiosa información sobre la construcción de su personalidad y el devenir de nuestro hombre. No en balde los primeros años de nuestras vidas serán determinantes en nuestra posterior evolución.

Julián Besteiro Fernández nació en Madrid el 21 de septiembre de 1870, en el piso principal de la Costanilla de Santiago, 16. Era hijo de José Besteiro Guiza y de Juana Peregrina Fernández, siendo bautizado en la iglesia de San Ginés, y recibiendo los nombres de Julián, por su primo y padrino, Julián Castedo; Mateo, por el santo del día; José, por su padre; y María, por su tía y madrina (madre del padrino). El padre era natural de Santa María de Franguián (Lugo), donde había nacido en 1830. Tercero de los hijos de una modesta familia campesina, que en su juventud se enroló en el ejército al inicio de la segunda guerra carlista. Al colgar las armas, y con el anticipo adelantado de la herencia paterna, marchó andando a Madrid, dedicándose ya a comprar, transportar y vender todo lo que caía en sus manos. Tras años de tratante, adquirió un local en la calle de los Milaneses, esquina a la Costanilla de Santiago, en el que abrió una tienda de ultramarinos. La madre era la menor de los hijos del médico segoviano destinado en aquella villa lucense, habiendo nacido en 1842. A la muerte del padre, en 1859, Peregrina marchó a Madrid para pasar una larga temporada en casa de su hermana mayor María, casada con el funcionario del Servicio de Aduanas, Domingo Castedo, primo de José Besteiro.

José y Peregrina tuvieron seis hijos, de los que murieron dos. La mayor fue María, que se casaría con el afamado oculista Julián López Ocaña, y el segundo Ricardo, quien heredaría los negocios familiares. Los pequeños fueron Carmen y Julián, siendo aquélla diez años mayor que éste por lo que se encargaría siempre de su cuidado. Un año después del nacimiento del pequeño, el padre compró un amplio piso en la calle Milaneses 2, esquina a la calle Mayor, donde transcurrirían los primeros años de la vida del niño. Aunque sus juegos se verían pronto interrumpidos por el fallecimiento de su tía y madrina, María, en 1874, así como las de su hermanilla pequeña y su padre, José, dos años más tarde, desgracias que hicieron de él un niño taciturno y reservado, rasgos que le acompañarían de por vida.

Tal situación posibilitó que en 1878, Peregrina, a sus 36 años, se casase en segundas nupcias con su cuñado y primo de su marido, Domingo, que contaba 58. Previamente había emancipado a los dos hijos mayores que se quedaron con la tienda. Julián y su hermana Carmen se trasladarían con la madre a vivir en el domicilio de Domingo (calle Escorial, número 5), donde tenían también su domicilio el hijo de éste, Julián (1847) – también funcionario de Aduanas como su padre –, y su mujer Juana Palero, junto a sus hijos: Sebastián (1871), Manuel (1873), María (1874) y Carmen (1875). Posteriormente nacerían Rosario y Julián. Formaban todos ellos una gran familia muy bien avenida, en la que los primos se habían convertido en hermanastros. La falta de espacio se subsanó alquilando también el estudio-ático del mismo edificio, al que se trasladó el servicio y las zonas juveniles, si bien Julián solía ser frecuentemente trasladado por motivos laborales a puestos aduaneros fronterizos con Portugal.

Julián y Sebastián convivieron y crecieron como hermanos. El primero (9 meses mayor) tenía el don de la palabra, mientras el segundo disponía de una notable habilidad manual, así como de una apreciable imaginación e interesante capacidad para la pintura. Eran ambos, incluso, parecidos físicamente. Julián Castedo, el padre de Sebastián y padrino y padrastro de Julián, decía de éste que éste era “un prodigio de niño”, mientras que su hijo era “un niño prodigio”. Recibían clase de un profesor todas las tardes, como era costumbre de la época entre las gentes de la pequeña burguesía, de tal manera que cuando iban al colegio sabían ya leer, escribir y “las cuatro reglas”. Por las mañanas salían a la calle a jugar, acompañados por el ama o por Carmen, la hermana de Julián.

En 1879, Julián ingresó en la Institución Libre de Enseñanza – fundada hacía tres años, y de la que su hermano Ramón era uno de los primeros accionistas –, formando parte de las primeras generaciones de sus alumnos de segunda enseñanza. Se encontrará en ella directamente influenciado por don Francisco Giner de los Ríos, que fue su maestro y padre espiritual, teniendo como compañeros y amigos a José Manuel Pedregal, Domingo Barnés, Fernando de los Ríos, Manuel y Antonio Machado, Juan Uña, Pedro Blanco, Ángel do Rego, Bernaldo de Quirós, Álvaro de Albornoz… La influencia de la ILE en Besteiro sería decisiva, y su vinculación total y de por vida, pues colaboró siempre con su boletín, fue presidente de los antiguos alumnos, perteneció al patronato de la Fundación Francisco Giner, y hasta en 1936 sería elegido rector de su Junta Facultativa.

Tras obtener su título de bachiller en el Instituto San Isidro, el curso 1887-1988, con 17 años, inició en la Universidad Central sus estudios de Filosofía, corta licenciatura de tan sólo tres años. Los profesores que mayor influencia tuvieron en él fueron el psicólogo don Luis Simarro, don José Caso, con sus Sistemas de Filosofía, y don Nicolás Salmerón, quien le inspiró la Metafísica y el republicanismo, ingresando en su rama juvenil – Juventud Estudiantil Republicana (JER) –, que presidía Antonio Zozaya, junto a sus compañeros Rafael Altamira y José Francos Rodríguez. Destacó en Metafísica, como parte básica de su futura profesión de catedrático de Lógica; así como en Literatura Española, su gran vocación que desarrollaría en forma de poesía, relatos y artículos periodísticos. En efecto, el 24 de noviembre de 1890 obtiene su licenciatura con la calificación de sobresaliente, en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, perfeccionando posteriormente sus conocimientos de manera autodidacta, pero acercándose ya al krauso-positivismo, resultado del enfrentamiento entre el krausista Gumersindo de Azcárate, y el positivista Luis Simarro. Sebastián Castedo, mientras tanto, ha preparado oposiciones al Cuerpo Pericial de Aduanas, como su padre y abuelo, que gana en 1892, siendo también destinado al salmantino paso fronterizo de Fregeneda de la Sierra.

En 1892 se fundó la Corporación de Antiguos Alumnos de la ILE, siendo Besteiro elegido presidente como primera vez. En julio de 1895 gana un premio convocado por el Ateneo madrileño – con Echegaray, Ramón y Cajal y Simarro en el tribunal –, por un trabajo científico sobre Psicofísica. Pasa ese verano en Salinas (Asturias), donde inicia su preparación para las oposiciones de catedrático de Instituto y conoce a Leopoldo Alas, además de quedar embelesado del románico asturiano de San Miguel de Lillo. En diciembre de 1896 será reelegido presidente de los Antiguos Alumnos de la ILE. En 1897 la imprenta madrileña de Ricardo Rojas le edita el trabajo ganador del premio del Ateneo, siendo su primer libro publicado. Mantiene una efímera relación sentimental con Dorotea González de la Calle, quien después se casaría con el también político Francisco Barnés. Las oposiciones se celebran en mayo de 1897, destacando entre los candidatos Besteiro y José Verdes Montenegro. Lograría el primero la cátedra de Psicología, Lógica y Ética del Instituto de Orense, mientras que Verdes obtiene la de Alicante. Rompe con Dorotea y en septiembre se traslada a la ciudad gallega, cuyo ambiente despierta su espíritu romántico y su vocación literaria, a la vez que el poder político del obispo hace crecer en él su anticlericalismo. Pero añora la vida de la capital, por lo que el siguiente curso consigue ser trasladado a petición propia al Instituto de Toledo, coincidiendo con los colegas Luis de Hoyos y Ventura Reyes, que se implicarán en las vidas social y cultural toledanas.

En agosto de 1900 viaja a París para conocer sus posibilidades formativas, pues ha decidido ampliar en la Sorbona sus estudios de Psicología. En septiembre solicita una beca, que es rechazada, aunque la logra para el siguiente curso (1901-1902). Estudia allí con los psicólogos Alfred Fouillée y Alfred Binet, a quien le prologa una de sus obras en su versión castellana. A su regreso a Toledo inicia su carrera literaria y periodística, comenzando también a frecuentar los ambientes políticos, a la vez que aumenta su sensibilidad hacia los problemas de la sociedad que le rodea y en particular los de las clases más desfavorecidas, si bien de manera más filosófica que práctica. Asiste con cierta asiduidad a las tertulias con Andrés Ovejero, Largo Caballero, Lucio Martínez e Indalecio Prieto, organizadas por las hermanas de Sebastián en el estudio de la casa de los Castedo, en la calle del Escorial. Al fundar Nicolás Salmerón su partido Unión Republicana en 1903, se afilia al mismo a la vez que su colega de Instituto, el profesor Luis de Hoyos, lanzando el semanario “La Idea”. En las elecciones municipales de noviembre de ese año, la candidatura republicana fue la más votada en Toledo, siendo Besteiro y su compañero elegidos concejales, junto a otros seis. Los dos primeros años de su mandato lleva una vida muy activa, asistiendo a todos los plenos y formando parte de las comisiones de Instrucción Pública y de Beneficencia, Ferias y Mercados. En 1904, y para contrarrestar el avance republicano de Toledo, la Iglesia promueve el semanario “El Castellano”, desde el que se vierten duros ataques a Besteiro, siendo detenido por vez primera tras una denuncia del cardenal. En julio de 1905 llega a Toledo Dolores Cebrián, catedrática de Ciencias de la Escuela Normal, quien fija su atención en Besteiro, a pesar de que éste mantiene relaciones sentimentales con Mercedes Ruano. Pero, cuando éstas se rompen, Dolores y Julián iniciarán una relación de por vida.

En 1906, tras el abandono de Salmerón del partido y la consiguiente crisis en su seno, presenta Besteiro la dimisión, que no puede hacer efectiva, por lo que decide continuar hasta 1908, pero asistiendo sólo a los plenos más importantes. En 1906 había comenzado sus dedicaciones a los cometidos de traductor y periodista, colaborando con todos los medios progresistas de la época, desde “El País”, hasta “El Radical”, “El Intransigente” o “El Progreso”. Será precisamente en “El Intransigente” donde, en abril de 1907, denuncia el fracaso de la Universidad Popular, por sus recelos a ser vista como domesticadora del espíritu revolucionario, al igual que hacían destacados socialistas como Paul Lafargue y Jules Guesde. Los contactos con Ovejero, Largo Caballero y Prieto en las tertulias del estudio le llevan a profundizar intensamente en el ideario socialista, al tiempo que se siente desencantado del partido radical. En agosto solicita a la Junta de Ampliación de Estudios una pensión para estudiar en Alemania, pero aquel año no es concedida ninguna. Su intención es llegar a las fuentes del socialismo sin violencia, sin destrucción de la sociedad, siendo desplazada la burguesía por parte del proletariado como consecuencia de la lucha de clases, no por el empleo de la acción directa, sino por una fuerte organización obrera, disciplinada y metódica, con verdadero peso en la sociedad y capaz, llegado el caso, de sostener a su propio gobierno, lo mismo que lo había venido haciendo la burguesía. Los socialistas que hasta ahora ha conocido son gente reivindicativa que utiliza la lucha de clases para conseguir algo. Están tan concienciados para la lucha – por el espíritu de clase, como Largo Caballero, o por reivindicación personal, como Prieto –, que ésta se convierte en su principal objetivo. Julián intentará buscar otro socialismo, de revolución no violenta y lucha de clases pacífica.

Pero, en 1908 funda Alejandro Lerroux el Partido Radical, en el que tanto Besteiro como otros intelectuales ingresan (Ortega, Albornoz, Baroja, Pérez de Ayala, Ovejero…). En enero de 1909, la Junta de Ampliación de Estudios le comunica la concesión de la beca que tiene solicitada para cursarlos en Alemania, por lo que en febrero llega a Munich, comenzando por estudiar el idioma. Entra a la vez en contacto con el movimiento obrero alemán, viajando en septiembre con Bartolomé Cossío a Ratisbona, Nuremberg y Viena, para ingresar a su regreso en la Universidad de Leipzig, donde estudió con el profesor Barth. En noviembre se instala en Berlín, donde estudia y trabaja con el profesor Casirer, con quien prepara la traducción al español de “Los prolegómenos a toda Metafísica del Porvenir”, de Immanuel Kant y realiza una memoria sobre investigaciones filosóficas neokantianas. Convive allí con otros estudiantes españoles como Manuel García Morente, Juan Negrín y Luis de Zulueta, y viaja a otras ciudades centroeuropeas como Salzburgo, Praga y Dresde. Desde Berlín envía a “El Radical” una serie de artículos contra la guerra de Marruecos. Durante la estancia de Besteiro en Berlín se produjo un duro enfrentamiento en el seno del SPD, entre los marxistas ortodoxos de Kautsky y los revisionistas de Berstein. Besteiro, defensor ya del marxismo, se alinea con los postulados centristas del primero – con quien mantuvo buena relación de por vida, traduciendo y prologando su “Programa de Erfurt” –, frente a los revisionistas y al izquierdismo de Vladimir Lenin. En efecto, ha tomado contacto con otro socialismo…

En julio de 1911, Francisco Giner de los Ríos comunicó a los pensionados de la JAE en Alemania la convocatoria de oposiciones a la cátedra de Lógica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central, por lo que en agosto Besteiro regresa a Madrid, a pesar de que su pensión terminaba en noviembre. En septiembre aprueba con sobresaliente las asignaturas que le restaban para completar su doctorado, leyendo en octubre su tesis doctoral sobre “El voluntarismo y el intelectualismo en la Filosofía contemporánea”, y dedicándose plenamente a la preparación de la oposición. No obstante, el día 17 de septiembre pronuncia una conferencia en la Casa del Pueblo madrileña contra la guerra de Marruecos, invitado por Largo Caballero, y por la que sería encarcelado once días en la Cárcel Modelo, junto con los organizadores del acto, Daniel Anguiano y Andrés Saborit, lo que le supuso su primera estancia en prisión. Incrementa sus relaciones con los amigos de las tertulias de la calle Escorial, trasmitiéndole Caballero el deseo de conocerle que le ha expresado Pablo Iglesias, posponiendo Julián la entrevista a la oposición a la cátedra. Éstas se celebraron el 29 de enero de 1912, presentándose nueve candidatos ante un tribunal presidido por Gumersindo de Azcárate. La oposición la ganó Besteiro, de manera apretada y tras largas deliberaciones del tribunal, que no sólo tenía en cuenta los méritos académicos, sino las ideologías personales. Julián ganó la cátedra como republicano de ideología neokantiana, apoyado por Ortega y Gasset y el propio Azcárate, quienes inclinaron a su favor a los otros dos miembros del tribunal, Sanz Escartín y Juan Díaz del Moral. Besteiro era perfectamente consciente de que si se hubiera presentado como socialista, no la habría ganado. Fue nombrado catedrático el 14 de marzo.

Inmediatamente, y con gran discreción, acude una tarde a casa de Pablo Iglesias para mantener con el líder socialista la anunciada entrevista, tras la que decide ingresar en el PSOE y en la UGT, siendo ya invitado por Iglesias a que pronunciara una conferencia en el curso que estaba organizando la Escuela Nueva socialista. El 25 de abril interviene en ella, mostrando por primera vez públicamente su acercamiento a las ideas socialistas en su propio medio natural. En mayo, la revista “Vida Socialista” publica un breve artículo suyo: “Socialismo y escuela”. A finales de julio participó en un mitin en Toledo, en el que ya anunció en público su inminente paso del Partido Radical al Socialista, lo que fue bien visto por su eterno maestro y director espiritual Francisco Giner, al contrario que lo había sido su paso por la Unión Republicana y el Partido Radical. El 15 de septiembre de 1912 ingresó formalmente en la Agrupación Socialista Madrileña, y el 1 de noviembre en la Sección de Profesiones y Oficios Varios de UGT. Ya incorporado plenamente al socialismo, las JJSS de Madrid organizan una excursión a Toledo, en la que Julián hace de guía. “El Socialista” recoge pronto sus críticas al republicanismo radical, en lo que viene a ser una formal declaración pública de ruptura con su pasado político. Recalca su opinión de que la conjunción republicano – socialista, muy fomentada por algunos intelectuales (Pérez Galdós, Ortega, etc.) y por los propios republicanos, no le parecía interesante. Aunque republicanos y socialistas coincidieran en sus opiniones respecto a determinados asuntos críticos, como la guerra de Marruecos, los privilegios de la Iglesia o el fin de la monarquía, el planteamiento republicano era burgués y capitalista, mientras que el suyo era ahora netamente proletario. Esta declaración de principios, de separación entre republicanismo y socialismo, será ya una constante durante toda la vida de Besteiro, que le supondría más adelante el enfrentamiento ideológico con Fernando de los Ríos, considerado por muchos como el intelectual oficial del partido. Pero eso será descrito en otros artículos con más ilustres firmas.

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