“El Fondo Monetario Internacional advierte de un momento delicado en la economía mundial”, por Francisco Villanueva Navas.

Francisco Villanueva Navas.

Francisco Villanueva Navas · @FranciscoVill87. Economista y periodista financiero.
Cuando han pasado pocos días desde que los ministros de Economía de todo el mundo se reuniesen en Washington para la Asamblea de primavera del Fondo Monetario Internacional, la directora del organismo, Christine Lagarde, advirtió que la economía global se encuentra en un “momento delicado” por las tensiones comerciales y el endurecimiento de las condiciones financieras. A pesar de todo no vaticina una recesión global en el corto plazo.

En un discurso que pronunció hace días en la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la directora gerente del FMI hizo un repaso de la situación global antes del inicio del encuentro de los funcionarios. En su mensaje, Lagarde puso énfasis en los temas en los que se enfocarán las reuniones. “Hace un año, dije, ‘reparemos el tejado ahora que brilla el sol’. Hace seis meses, señalé que se avecinaban tormentas. Hoy el tiempo está cada vez más “inestable”, advirtió Lagarde, que dijo que el crecimiento global, a pesar de que es “razonable” (3,5%, según los pronósticos para este año) viene perdiendo ímpetu.

La directora señaló que la economía mundial se encuentra en un “momento delicado” y explicó que “el crecimiento mundial ha estado desacelerándose, en gran medida debido al aumento de las tensiones comerciales y al endurecimiento de las condiciones financieras en el segundo semestre de 2018”.

Sin embargo, Lagarde resaltó como positivo o el efecto de la decisión de la FED de no subir las tasas. “Se prevé que la actividad económica mundial se beneficie del actual ritmo más paciente de normalización monetaria por parte de los principales bancos centrales, liderados por la Reserva Federal de Estados Unidos, y de un mayor estímulo, por ejemplo, en China. Estas respuestas de política han respaldado la distensión de las condiciones financieras y el aumento de los flujos de capital hacia los mercados emergentes, donde las monedas se han fortalecido frente al dólar de EE.UU.”

Pero, advirtió Lagarde, “corresponde recalcar que el repunte previsto del crecimiento mundial a finales de este año es precario. Es vulnerable a diversos riesgos a la baja, entre ellos, las incertidumbres relacionadas con los países, como el Brexit, y las incertidumbres más amplias, como los elevados niveles de deuda en algunos sectores y países, las tensiones en torno a la política comercial y la sensación de intranquilidad en los mercados financieros”.

Y citó, como ejemplo, una alternativa que podría impactar en países como en vías de desarrollo: “Si el endurecimiento de las condiciones financieras fuera más marcado de lo esperado, podría generar graves dificultades para muchos gobiernos y empresas en términos de refinanciamiento y servicio de la deuda, lo cual podría amplificar los movimientos del tipo de cambio y las correcciones en los mercados financieros”.

La directora advirtió que, ante este panorama, y para evitar errores, hay que tomar ciertas políticas “adecuadas”. En primer lugar, señaló que la política macroeconómica de los países “debería apuntar a afianzar el crecimiento y la estabilidad”. Y dijo que, en términos de política monetaria, “en los casos que sea necesario, es importante utilizar la flexibilidad cambiaria para ayudar a absorber los shocks”. “Los elevados niveles de deuda pública y las bajas tasas de interés han dejado un margen limitado para actuar cuando se produzca la próxima desaceleración, que inevitablemente llegará”, agregó la funcionaria.

Otros los desafíos que planteó Lagarde es evitar una guerra comercial. “Las barreras comerciales perjudican claramente la inversión y el empleo. Esta conclusión es especialmente pertinente ahora, en un momento en que las tensiones comerciales podrían dañar aún más la inversión, y en un momento en que la inversión ya es débil. Por tanto, una vez más, nos encontramos en un momento delicado, y debemos ser cuidadosos. En particular, analizamos qué ocurriría si los aranceles a todos los bienes comerciados entre Estados Unidos y China aumentaran 25 puntos porcentuales. Esto, por sí solo, reduciría el PIB anual en un 0,6% en Estados Unidos y en un 1,5% en China. Estas son heridas que pueden autoinfligirse y deben evitarse”, reclamó. Lagarde resaltó el espíritu de “cooperación” del organismo para ayudar a sanear la economía en ciertos países y mencionó a los programas recientes en Egipto, Túnez, Jordania, Ucrania y Argentina.

Finalmente, Lagarde planteó los desafíos a escala mundial, entre los que se encuentran los factores demográficos, migración, ciberriesgos y la amenaza del cambio climático. También mencionó la corrupción: “El costo anual de los sobornos por sí solo asciende a más de 1,5 billones de dólares, aproximadamente el 2% del PIB mundial”, reveló y advirtió: “La corrupción reduce el crecimiento. Aumenta la desigualdad. Alimenta la desconfianza, como bien se sabe en España tras los gobiernos más corruptos de su historia del Partido Popular, mucho daño que es difícil de reparar y confianza rota con la ciudadanía.

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