El disparatado discurso de Rafael Hernando

Fue insultón, exagerado y llamó a Sánchez “rehén” de “populistas, independentistas y herederos de ETA”.
Rafael Hernando, portavoz del Grupo Popular en el Congreso, nos tiene acostumbrados a sus discursos fuera de tono, pero ayer lo bordó en la sesión en la que Pedro Sánchez, presidente del Ejecutivo, expuso su plan de gobierno. El también diputado por Almería acusó a Sánchez de presentar un plan de “subsistencia con comunistas” y de haber decidido “convertir a España en rehén de un Gobierno en la sombra formado por populistas, independentistas y herederos de ETA”.
Dijo del jefe del Gabinete que había ido al Congreso a “sobreactuar” y tildó el discurso de Sánchez como “rancio, vacío y lleno de lugares comunes”, a la vez de reprocharle haber llegado a la presidencia con una moción de censura “basada en una falacia”, la sentencia del caso Gürtel, y de ocultar el “precio que ha pagado” a los socios que le auparon.
Hernando también denunció a Sánchez por, a su juicio, “cuestionar el pacto constitucional” con el fin de “pagar sus favores políticos y su ambición personal de llegar a La Moncloa”. “Eso no se lo merece España ni los españoles”, subrayó. Asimismo, reprochó al jefe del Ejecutivo “premiar a los que quieren romper España”, que “ponga en peligro la integridad del país y la igualdad de todos los españoles” y que “utilice los servicios públicos para hacer propaganda y ponerlos a su servicio”, así como que utilice “la política penitenciaria como moneda de cambio”, contra la “dignidad de las víctimas”, o que retorne a las “políticas de gasto público y subidas de impuestos”.
Continuando con un discurso faltón, el diputado por Almería aseguró que Sánchez vive en “un proceso de culto de su personalidad”. “Ya conocemos su perrito, su helicóptero, su avión, sus gafas de sol, sus modelitos deportivos”. Pero su insolencia alcanzó momentos álgidos demostrando su carencia absoluta de elegancia y respeto. Cuando estaba finalizando su intervención, Ana Pastor, presidente de la Cámara y perteneciente a su mismo partido, advirtió al portavoz popular que su tiempo se había terminado y tuvo que llamarle al orden en varias ocasiones. El diputado por Almería, en su línea soberbia, hizo caso omiso a la presidente del Congreso, que optó por cortarle el micrófono abruptamente.