Dos años de guerra en Ucrania

Dos años de guerra en Ucrania

En la madrugada del 24 de febrero de 2022 arrancó la “operación militar especial” de Putin con la que daba comienzo la invasión y la guerra en Ucrania.

Aquella noche sonaron las sirenas y las bombas cayeron en varias ciudades, provocando muerte y destrucción por doquier.

A ese drama se une el hecho de que más de seis millones de ucranianos han huido de Ucrania para refugiarse en países vecinos y no tan cercanos.

Asimismo, casi cuatro millones de personas se han tenido que desplazar a zonas más seguras dentro del país, donde siguen cayendo misiles.

En ese sentido, alrededor del 40% de la población precisa de ayuda humanitaria y algún tipo de protección.

Se este modo, su futuro sigue siendo una incógnita para cuando termine la guerra en Ucrania.

Entretanto, los refugiados en otros países atraviesan situaciones muy distintas. Mientras que algunas familias se han ido adaptando, algunos tienen trabajo y sus hijos acuden a los colegios, otros continúan buscando dónde vivir o un trabajo para poder subsistir.

Así lo asegura el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Ucrania.

No obstante, la situación parece relativamente estable, especialmente en el último año.

Hay algunos que regresan, pero lo hacen con visitas cortas para visitar a familiar o comprobar el estado de sus propiedades. Examinan sobre el terreno la situación cara a un retorno definitivo más adelante.

Y es que, no es como sucede con otros conflictos en que las personas huyen por un problema con el Estado, represión o persecución política.

Los refugiados ucranianos huyen de la guerra en Ucrania y el Gobierno del país quiere que regresen cuando acabe.

Por ello, ACNUR insta a los distintos países a continuar con las ayudas a estas familias, a mantener la protección.

Una guerra en Ucrania que se ha intensificado

Sin embargo, señalan, alrededor de la mitad de los menores refugiados no se han escolarizado allá donde se encuentran en sus países de acogida.

El conflicto sigue, incluso se ha recrudecido últimamente, con ataques diarios en todo el territorio ucraniano, no sólo en el frente.

No hay que olvidar que en sólo seis semanas desde que estalló la guerra en Ucrania, 4,3 millones de personas huyeron del conflicto.

Por otro lado, mientras que en los primeros meses de la invasión rusa muchos ciudadanos se desplazaron hacia el oeste del país, posteriormente han ido moviéndose hacia el centro y el este.

Incluso, ahora se encuentran en provincias como Dnipro y Járkov, más cerca de la frontera con Rusia. Para ACNUR, esto tiene una explicación.

Según señalan, es síntoma de que la gente quiere quedarse lo más cerca posible de sus casas. Al mismo tiempo, necesitan dónde vivir, asistencia y trabajo.

De ahí la importancia de la ayuda internacional de todo tipo, tanto financiera como de otra índole. Una ayuda que se traslade a las personas de manera directa, en forma de pagos de alquileres, por ejemplo.

Entretanto, en la propia Ucrania, los ciudadanos tratan de vivir con cierta normalidad entre sirenas, misiles, drones…

En las grandes ciudades, incluso ignoran las recomendaciones de bajar a los refugios antiaéreos.

Para ellos, son más importantes las ganas de vivir porque la otra opción es quedarse horas esperando a que dejen de sonar las alarmas.

Así, bares, restaurantes, comercios… continúan funcionando con un horario adaptado al toque de queda. Pese a ello, saben que la guerra de Putin sigue.

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