Almazbek Atambayev, ex presidente de Kirguistán, ha sido detenido acusado de corrupción por su supuesta colaboración en la puesta en libertad de un preso convicto. En el momento de su arresto, decenas de seguidores suyos se manifestaban frente a su domicilio.
Había habido una primera ocasión, el día anterior, en que la Policía había acudido a su casa, en las afueras de Bishkek, la capital kirguisa, para detenerlo, pero sus seguidores consiguieron, entonces, evitarlo.
Hay un gran temor a una crisis política en el país de la antigua Unión Soviética por los conflictos entre Atambayev y Sooronbai Jeenbekov, su sucesor al frente del país y del que fue mentor. En Kirguistán opera una base aérea militar rusa y una gran mina de oro que administra Canadá.
Sergei Slesarev, abogado del ex presidente kirguiso, ha señalado que “aunque al principio sólo le llamaron como testigo, finalmente ha sido acusado de cargos por corrupción relacionados con la liberación de Aziz Batukayev en 2013.
El preso estaba en la cárcel por tenencia ilegal de armas y drogas y por participar en disturbios masivos. Cuando llevaba media condena cumplida, se le detectó, supuestamente, un cáncer terminal. Seis años después de su liberación y marcha a Rusia no se ha dado a conocer su muerte por ninguna enfermedad.
Según el Ministerio del Interior de Kirguistán, Atambayev fue quien ordenó personalmente la liberación de Batukayev. No se conoce relación específica alguna entre ambos.
El ex mandatario kirguiso apoyó a Jeenbekov en su carrera presidencial en las elecciones de 2017. Éste cuenta con el respaldo explícito de Rusia. Unos meses después, el actual presidente de Kirguistán expulsó del gabinete a todos los seguidores de Atambayev. Atambayev ha declarado que su arresto es por motivos políticos.