“Confusión” en la seguridad rusa tras la rebelión de Wagner

“Confusión” en la seguridad rusa tras la rebelión de Wagner

Según los servicios de Inteligencia de Reino Unido, “el aparato de seguridad ruso entró en un periodo de confusión” tras el levantamiento del Grupo Wagner.

Ahora, añaden, “ha empezado a tomar forma un acuerdo interino sobre el futuro del grupo”.

Así, señalan que “el aparato de seguridad ruso entró en un periodo de confusión y negociaciones tras el motín del 24 de junio del Grupo Wagner. Durante los últimos días ha empezado a tomar forma un acuerdo interino sobre el futuro del grupo”.

De este modo, “a raíz de los recientes anuncios de funcionarios rusos, el Estado está probablemente preparado a aceptar las aspiraciones del Grupo Wagner de mantener su extensa presencia en el continente”, apuntan en un comunicado del Ministerio de Defensa británico en Twitter.

Asimismo, remarcan que “el Ministerio de Defensa ruso anunció el 12 de julio que el Grupo Wagner había entregado 2.000 piezas de equipamiento militar”.

Esto incluía “carros de combate. El 15 de julio, un pequeño contingente de combatientes del Grupo Wagner, como poco, había llegado a un campamento en Bielorrusia”.

“Al mismo tiempo, algunos grupos en redes sociales asociados” a los mercenarios “han retomado su actividad”, subrayan.

Además, “con un foco en destacar las actividades del grupo en África”, con presencia en países como Malí, Libia y República Centroafricana.

Cabe recordar que el pasado 24 de junio, el Grupo Wagner protagonizó una breve rebelión, marchando hacia Moscú. Horas después, con la mediación de Aleksander Lukashenko, presidente bielorruso, se alcanzó un acuerdo y se replegó, cuando ya estaban a 200 kilómetros de la capital.

Dicho pacto implicaba la retirada de todos los cargos para los implicados en la asonada. Igualmente, la posibilidad de exiliarse a Bielorrusia o integrarse en el Ejército regular ruso.

Por otro lado, Vladimir Putin, presidente de Rusia, señaló al diario Kommersant que “el Grupo Wagner no existe en el plano legal”.

Su “legalización real”, indicó, “es un asunto que debe discutirse en la Duma Estatal y en el Gobierno”. “No es un asunto fácil”, admitió, aunque matizó que en este caso “todo es fácil y obvio para la sociedad rusa”.

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