Resulta que Tomás Díaz Ayuso, el hermano de Isabel Díaz Ayuso, la presidente de la Comunidad de Madrid, sí cobró de Priviet Sportive, la empresa adjudicataria de un contrato para adquirir mascarillas en China.
Lo ha revelado la propia dirigente madrileña en un comunicado en el que intenta explicar por qué su hermano cobró de esa empresa. De hecho, entra en detalles y dice que el cobro fue por unos 55.000 euros más IVA.
Además, sostiene que “es una contraprestación por su trabajo, no una comisión por intermediación”. Asimismo, destaca que lo explica después de que la Dirección Nacional del PP haya puesto “en tela de juicio” su “honorabilidad”.
Por otro lado, admite que en todo momento se ha negado a explicar la actividad laboral de su hermano. Tampoco ha interferido en ella nunca, afirma.
En ese sentido, reconoce que tal vez fue un “error”. En todo caso, considera “denigrante” verse obligada a aclarar las relaciones comerciales de su hermano.
Ayuso señala que son “sospechas basadas en informaciones que nadie explica de dónde han salido”.
En el comunicado, Ayuso entra en varios detalles
Según el comunicado, su hermano facturó a Priviet Sportive en cuatro ocasiones en 2020. Entra en el detalle de que una de ellas, de 30 de junio, fue por gestiones para adquirir mascarillas en China.
Éstas se vendieron a la Comunidad de Madrid a 5 euros por unidad, mientras los precios en ese momento eran de 10,5 euros.
De hecho, expone que otras empresas vendían mascarillas a precios mayores del mencionado de 5 euros.
A su vez, apunta que la factura “no es una comisión por obtener el contrato de la Administración, sino el cobro de las gestiones realizadas”. Es decir, “conseguir el material en China y su traslado a Madrid, que es distinto”. Por tanto, defiende que “es una contraprestación por su trabajo, no una comisión por intermediación. Esa factura es de 55.850€, más IVA”.
Respecto a las demás facturas, asegura que “no tienen relación con la Comunidad de Madrid” y, por tanto, no da explicaciones por ellas. Su hermano, dice, tiene “derecho a su privacidad”.
Concluye esperando que “con esta explicación nadie dude de mi honorabilidad ni de mi ejemplaridad”. Reitera que “nunca influí para la compra de mascarillas a esta empresa, y que supe de ese contrato cuando me informó Pablo Casado, no antes”.
Al final todo quedará como siempre en agua de borrajas (Usamos la expresión “quedar en agua de borrajas” cuando tenemos ciertas esperanzas puestas en algo y éstas se diluyen de manera repentina, quedando en nada. …)