El resultado de las elecciones en Cataluña nos abre la puerta a la reconciliación y a remar todos hacia la mejor dirección para los catalanes y para el resto de españoles. Lo contrario sería ahondar en la herida o agrandar el daño.
Ahora es cuando se demuestra la estatura de los hombres y mujeres públicos. Aquellos que anteponen los intereses de todos a los de una parte. Aquellos que saben gobernar sin dar vueltas a sí mismos.
Los votantes independentistas y los votantes demócratas parecen polarizar la realidad política catalana. Pero donde se sitúa una inmensa mayoría de catalanes, muchos independentistas, muchos de los demócratas, es en la idea de unir esfuerzos, llegar a acuerdos, remar juntos.
El gobierno que salga de este nuevo Parlament no puede tomar decisiones sólo para una de las partes, sino para todas las partes. Por eso es tiempo de conciliar, es momento del diálogo y de recuperar la convivencia.
Sé que es difícil tal como está la situación, pero si no eres capaz de afrontar los retos más empinados, ¿para qué estás en política? No se recorre este noble arte desde la imposición de las mayorías débiles y relativas, sino desde la conciliación y el consenso.
Editorial “Tiempo de conciliar”
