Editorial “Concierto”

Lo importante es que los españoles sean iguales ante la ley, en derechos y en deberes, sea cual sea su renta, pensamiento, religión, formación, ideología o el lugar donde vivan. La residencia por tanto no puede ser un privilegio.
El anacrónico sistema de financiación español que contempla el Concierto Vasco proviene de la Tercera Guerra Carlista de 1876. Apuntalado por Cánovas del Castillo en 1886, desde entonces se renueva cada cinco años.
Si aceptamos el concierto como reliquia histórica que perdura hasta nuestros días, no podemos sin embargo aceptar que su cálculo, el cupo, contenga privilegios económicos para los ciudadanos de Donostia en relación a los que residen en Leganés, Ferrol o Córdoba.
No puede por tanto el cupo depender de la coyuntura política y de la necesidad del Gobierno de la Nación de aprobar unos Presupuestos con apoyo del PNV. Y hacerlo sin haber aprobado el sistema de financiación para el resto.
Una cosa es ser anacrónico, otra ser reaccionario.

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