Bachelet pide que se investiguen los sucesos de Hong Kong.

Michelle Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, ha trasladado su preocupación debido a la violencia que ha tenido lugar en las manifestaciones de los opositores en Hong Kong y ha afirmado que existen indicios “creíbles” que señalan a una excesiva actuación policial, cuestión por la que ha pedido que se abra una investigación “inmediatamente”.
La Alta Comisionada apelando al reconocimiento de los derechos a la libertad de expresión y manifestación en los convenios internacionales, quiso recordar que los participantes en las protestas han de «expresar sus ideas de forma pacífica».
Si fuese necesario acudir a la actuación policial, Bachelet ha manifestado que debe haber «contención» por parte de las autoridades, y que esa respuesta ha de ser «proporcionada y conforme con los estándares internacionales sobre el uso de la fuerza», como se recoge en un comunicado de su oficina.
También, Bachelet, ha avisado que existen «pruebas creíbles», las cuales cuestionan la actuación de la Policía, poniendo de ejemplo la utilización de gases lacrimógenos en zonas cerradas con mucha afluencia o “directamente” contra los manifestantes, conociendo el riesgo que supone para la salud y la integridad de los manifestantes.
Ha realizado una petición a las autoridades de Hong Kong para que procedan «a investigar estos incidentes inmediatamente, garantizar que el personal de seguridad cumple la normativa y, en caso de que sea necesario, cambiar estas normas si no son conformes a los estándares internacionales».
En relación a la cuestión política, la Alta Comisionada ha pedido que se abran puentes y se fomente un diálogo «abierto e inclusivo» para «resolver pacíficamente todos los problemas» entre el Gobierno y los manifestantes. «Es la única forma de garantizar la estabilidad política y la seguridad pública a largo plazo, creando canales para que las personas participen en asuntos y decisiones que afectan a sus vidas», ha subrayado.
A principios de junio comenzaron en Hong Kong las mayores protestas desde que su soberanía fue cedida a China en 1997 por parte del Reino Unido. El objetivo de las manifestaciones es pedir la retirada de una ley por la que se autorizaría la extradición de sospechosos a la China continental.

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