Huida hacia delante de Isabel Díaz Ayuso, presidente de la Comunidad de Madrid, que, pese a la incontestable manifestación por la Sanidad Pública del domingo, aún se muestra arrogante.
Ahora, está dispuesta a mejoras las condiciones de los médicos en la región, aunque insiste en el “boicot” y el “juego sucio” de la izquierda.
En un desayuno informativo de Siglo XXI, Ayuso sostuvo que la izquierda “boicotea” la sanidad madrileña tomando las calles y los hospitales.
Además, dijo, “haciendo creer a los ciudadanos que tienen una mala sanidad, cuando aún en medio de una crisis internacional de los modelos sanitarios, es excelente comparada con cualquier lugar del mundo”.
Nada como negar la mayor, algo que la presidente madrileña está más que acostumbrada. “El problema es que además del deterioro de unos servicios públicos que ha costado décadas levantar, se impide el debate sereno para una reforma necesaria en un mundo que envejece, y que demanda servicios universales y de calidad”, tuvo el desparpajo de decir.
Así, Ayuso defendió que siempre están “dispuestos a escuchar a los médicos y enfermeros; a intentar mejorar sus condiciones”.
Ahora, ‘admite’ que los sanitarios son “indispensables”. “Porque la protección de la salud es un derecho constitucional y porque su bienestar profesional es esencial para poder disponer del mejor sistema sanitario”, dijo.
En ese punto volvió a cargar contra la izquierda. Acusó al “activismo de izquierdas” de “confundir a la opinión pública diciendo que un Centro Sanitario 24 horas debe funcionar como un pequeño hospital”.
Asimismo, “cuando meten miedo diciendo que la videoconferencia sustituye a un médico en Urgencias, hacen eslóganes desde la falsedad”.
Ahora, Ayuso quiere un acuerdo
“Cuando dicen que nuestro sistema sanitario atenta contra la Sanidad Pública”, continuó. “Sabemos, simplemente, que sus discursos los han escrito aquellos que no utilizan nuestro sistema público porque les atienden en hospitales privados”, afirmó.
“Si los activistas de la izquierda acudieran a nuestros hospitales, a lo mejor había menos demagogia”, y lo dice ella.
A juicio de Ayuso, la izquierda no busca “soluciones a través del acuerdo y la negociación”. “En lugar de pedir un pacto nacional para solucionar la falta de médicos que afecta a toda España, que es el problema real, el verdadero asunto, ha optado politizar las dificultades”, sentenció.
Así, criticó “la estrategia desestabilizadora de una izquierda irresponsable que busca desesperadamente aferrarse al poder o llegar a él”.
Para ello, en el caso de Madrid, “a través de la confusión, la agitación y el juego sucio”.
Puesta ya en campaña electoral, según le pulsó el botón MAR, dijo mostrar respeto por los manifestantes. Sin embargo, para Ayuso no fue una marcha “en defensa de la sanidad pública”.
En algo llevaba razón la presidente regional. No fue una manifestación de médicos o, al menos de no sólo médicos. Es verdad. Era de médicos, de enfermeros, de celadores, de residentes, de pacientes, de ciudadanos de a pie cansados de esperar horas y días para una cita. ¿Días? Meses en algunos casos, casi todos. Ella, ni MAR, lo vieron. Bueno, sí lo vieron, pero lo niegan.
Fue, se inventó, “buscar un liderazgo de izquierdas, en este caso de la ultraizquierda” por la “debacle que va a sufrir el PSOE”.
Volviendo a hacer demagogia, insistió en pedir al Gobierno que habilite más plazas MIR y de Atención Primaria, como si fuera solución a corto plazo.
Además, quiso, otra vez, desviar el foco diciendo que el problema es de toda España, como si, aun siendo cierto, el problema lo tuviera que arreglar el Ejecutivo.
Intencionadamente se olvida de que la Sanidad es una competencia transferida a las Comunidades Autónomas, aunque, para este caso, Ayuso no la quiera para sí.
Por cierto. Los reporteros gráficos, acostumbrados a cubrir con sus cámaras estas manifestaciones desde las alturas del Ayuntamiento, esta vez no pudieron.
Se les obligó a dejar sus cámaras profesionales y tuvieron que emplear sus móviles para ello. Tampoco las cámaras de seguridad que habitualmente cubren estos eventos (celebraciones deportivas, por ejemplo), tampoco estaban disponibles. Protección de datos, argumentaron desde el Consistorio.
Curiosamente, a la mañana siguiente, lunes, sí estaban plenamente accesibles para quienes quisieran consultarlas por la manifestación de transportistas. Nos encanta el doble rasero del alcalde de ‘todos’ los madrileños.
Da lo mismo lo que se explique y se reclame ante el fracaso de la sanidad madrileña que eso no va a cambiar el trabajo de adoctrinamiento que el populismo de este partido ha logrado durante tantos años a través de la propaganda de “fake news” hasta hacer ver, a los ojos de su respaldo electoral, el desastre que se pretende –la destrucción de la sanidad pública- como un avece. La realidad es la mejor prueba de cómo este efecto ideológico, esta distorsión de la verdad: aquello que debería trabajar en su contra, opera a su favor colocando al peor de los dirigentes del peor partido para Madrid (Ayuso después de la dominación reaccionaria desde el tamayazo) en el gobierno de la comunidad. En paralelo a lograr dicho objetivo de destrucción de la sanidad pública, han elaborado la condición en la que esta puede ser reconocida por parte de sus víctimas como un avance haciendo pasar la responsabilidad del destrozo de dicha competencia autonómica a aquellos, los profesionales de la medicina, que precisamente la sostienen y la defienden sin que ellos, los agentes del desastre tengan que explicar cuanto se destina esta sanidad ni cómo se organiza la misma.