Alfonso Cruz, vicerrector y profesor de Ciencias de la Salud: “Los recortes han mermado la capacidad de respuesta del sistema sanitario”

Alfonso Cruz Lendínez.

Hoy, en Diario Progresista, contamos con la opinión de un experto en Administración Sanitaria y Políticas Sanitarias. Alfonso Cruz Lendínez es profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud y Vicerrector de Profesorado y Ordenación Académica de la Universidad de Jaén, además de Doctor en Enfermería y Cultura de los Cuidados y presidente de la Fundación Ageing Lab.

La crisis del Covid-19 ha puesto sobre las cuerdas a nuestro sistema sanitario. Las medidas adoptadas comienzan a dar sus frutos. Es el momento de evaluar qué repercusión ha tenido y cuáles han sido los factores más determinantes. Sin duda alguna, habrá que analizar para que en un futuro no exista el colapso que ha llevado a nuestra sanidad al límite.

¿Cuáles han sido los efectos que ha provocado el Covid-19 en nuestro sistema sanitario?

Este nuevo virus ha puesto patas arriba el mundo entero y ha puesto de manifiesto que nadie estaba preparado para esto y nuestro sistema sanitario tampoco, nos ha pillado en una situación en la que el propio sistema se encontraba a pleno rendimiento, como venía siendo habitual, con listas de espera para intervenciones quirúrgicas, consultas y pruebas diagnósticas, sin olvidarnos de la gripe.

Por otro lado, veníamos de un largo periodo de recortes que han mermado la capacidad de respuesta del sistema sanitario, recortes que han debilitado, a mi juicio, el sistema público de salud en su conjunto, más en algunas comunidades autónomas que en otras y con gran impacto, sostenido en el tiempo, sobre los profesionales sanitarios. Sirva como ejemplo, que anteriormente a la crisis, se estaba tramitando en la mesa de sanidad del congreso una iniciativa legislativa popular cuyo objetivo es fijar el número máximo de pacientes que una enfermera puede atender en los distintos puestos asistenciales, lo que ya denota una importante falta de medios humanos en el sistema sanitario público, en este caso, de enfermeras.

Esta pandemia ha llevado a límites insoportables la tensión de un sistema sanitario que ya estaba tensionado.

¿Cómo ha afectado al personal sanitario la situación?

Como decía, los profesionales sanitarios ya venían manteniendo una situación de sobrecarga y además se han visto expuestos a combatir contra gigantes, invisibles pero gigantes, en numerosas ocasiones y durante mucho tiempo sin los medios materiales y humanos suficientes, han tenido que soportar en primera línea una situación de sufrimiento e impotencia y también de miedo al enfrentarse a diario y hasta la extenuación a una avalancha de pacientes contagiados que ha provocado derivado en muchas vidas perdidas, incluidas las de compañeros y compañeras de trabajo. El nivel de contagio entre el personal sanitario, en España, ha superado con creces al del resto de países afectados y eso guarda una relación directa con la inadecuada protección que han tenido, sobre todo al inicio de la crisis ya que no han contado con EPIS´s suficientes y adecuados.

Pero a pesar de todo, han dado lo mejor de sí y como siempre, nos están sacando de esta.

Para el futuro, ¿qué sería necesario llevar a cabo para que no se produzca otro colapso?

Entiendo que debemos de aprender la lección y ponernos a trabajar para rearmar un sistema sanitario público de salud y dotarlo de los medios necesarios, humanos y materiales. La salud pública, la prevención y la promoción de la salud deben pasar a un primer plano, creo que debemos empezar por robustecer la atención primaria de salud y conectar los servicios sanitarios con los servicios sociales. También se debe mejorar la respuesta hospitalaria dotándola de más medios, no podemos tener un sistema hospitalario en continua tensión porque colapsará ante situaciones sobrevenidas como la que estamos viviendo y que, por desgracia, intuyo que no será la última.

Tenemos, como país, la necesidad de ser autosuficientes para la dotación materiales básicos ante situaciones como esta que vivimos, equipos de protección individual, equipos de ventilación mecánica, camas disponibles de UCI, hospitalización…

Otra cuestión que considero fundamental y que también se ha puesto de manifiesto ante esta pandemia es la necesidad de incrementar nuestra capacidad investigadora, capacidad que también venía muy mermada por los grandes recortes sufridos.

¿Qué modelo de Atención Sanitaria es necesario implantar?

Ya hace años que se está proponiendo un cambio de modelo en el sistema sanitario y como otros muchos colegas, creo que debemos transitar hacia un modelo sociosanitario. Estamos ante una transición demográfica que ha cambiado el perfil de los usuarios del sistema, ante una transición epidemiológica que ha cambiado también su perfil de salud y lo que sigue es una transición de modelo de atención para dar una respuesta adecuada a estas nuevas demandas. El envejecimiento, la cronicidad, la pruripatología y la dependencia asociada hace que emerja una mayor demanda de cuidados, una mayor necesidad de atención individualizada y de seguimiento continuo.

Todo ello obliga a pensar en un sistema más eficiente basado en el cuidado, en la prevención y en el retraso de la dependencia, en un sistema que atienda las necesidades de cuidados desde la atención primaria de salud, pero con una visión sociosanitaria en la que intervengan, muy coordinados, servicios sanitarios y servicios sociales.

¿En qué situación de la pandemia nos encontramos en la actualidad?

Como soy, de natural, optimista, creo que estamos caminando hacia de forma muy posita hacia el fin de la pandemia. En España, todos los indicadores apuntan en ese sentido y si los ciudadanos seguimos haciendo las cosas como hasta ahora, en breve tiempo, podremos volver a la “nueva normalidad”.

Otro asunto que ha llenado las portadas de los diarios durante la pandemia ha sido lo ocurrido en las residencias de ancianos. Como experto en gerontología, ¿cuál es la situación?

Está siendo muy duro ver como esta enfermedad está provocando tantas bajas entre aquellas personas mayores que tanto han hecho por nosotros y por este país. Las personas mayores son más vulnerables ante cualquier eventualidad por sus propias condiciones de salud y de reserva biológica y esta pandemia lo ha puesto de manifiesto de una forma cruel, evidenciando que nuestro modelo residencial para este tipo de personas, tal y como está, se ha convertido, en muchos casos, en trampas mortales. De un modelo de atención residencial no podemos esperar una respuesta sanitaria puesto que las residencias no son centros sanitarios, hasta ahora, estos centros, a menudo con gran cantidad de usuarios, no ha sido objeto de atención preferente para un sistema sanitario orientado más al “cure” que al “care”, con marcado carácter hospitalocentrista.

¿Qué se ha hecho en las residencias que no de debiera haber hecho?

Al contrario de lo que mucha gente pudiera pensar, creo que las residencias de mayores no han hecho nada mal, entre otros motivos porque, hasta ahora, todos estábamos contentos con la forma en que estaban a tendiendo a nuestros mayores. No olvidemos que este tipo de centros  están preparados y dotados para prestar atención residencial y de cuidados y repito, no son centros sanitarios.

Sería tremendamente injusto no resaltar el hecho que los profesionales de las residencias han sido y están siendo, a la par de los profesionales sanitarios y con el mismo nivel de sufrimiento e impotencia, los grandes valedores de nuestros mayores, con muchas bajas y sin muchos medios, se han enfrentado a una situación muy pero que muy complicada. Creo que cualquier crítica hacia ellos, en estos momentos, está totalmente fuera de lugar.

¿En qué tienen que cambiar las residencias de mayores a partir de ahora? ¿Qué medidas es oportuno adoptar?

Desde mi punto de vista, las residencias de personas mayores han de estar integradas dentro de ese modelo sociosanitario, modelo en el que el domicilio, el centro de salud, la residencia, el centro de día, los servicios sociales comunitarios, el centro de convalecencia y rehabilitación, el hospital y todos los demás servicios sanitarios y sociales, estén perfectamente coordinados para dar una atención individualizada, integral y continuada a todas personas dependiendo de la situación en la que se encuentren.

Creo que las residencias, con ciertas modificaciones en su modelo de prestaciones actuales, van a ser parte de la solución cara al futuro.

¿Qué opinas acerca de la gestión que se ha hecho de la crisis?

Lo primero es aclarar que nadie está preparado para afrontar un problema de esta magnitud y aceptar que nuestro sistema sanitario no se encontraba en la mejor de las situaciones para responder de forma eficaz.

Dicho esto, y entendiendo que todo es mejorable, creo que se han ido tomando decisiones, a veces, no muy bien entendidas o aceptadas, pero siempre en base a criterios científicos y con el objetivo de proteger a las personas antes que atender a otros objetivos y demandas y precisamente esas decisiones, junto con el esfuerzo de toda la ciudadanía, nos van a permitir salir pronto de este horror que hemos vivido.

Me hubiese gustado, supongo que como a la mayoría de los ciudadanos, que todos, y digo todos, hubiésemos remado siempre en la misma dirección, apoyando al gobierno que es el que debe tomar las decisiones, alejándose de partidismos, de cálculos electorales y de otros intereses individuales o de grupo que nadan tienen que ver con proteger a las personas durante una crisis sanitaria.

Resulta obvio que hemos de aprender de los errores y que resulta muy fácil, a posteriori, pensar que se podrían haber hecho otras cosas, en distinto tiempo e incluso alguien pensará que todo se ha hecho mal, para gustos…

A futuro no lejano, estoy absolutamente convencido de que con las mejoras oportunas que sé que ya se están planteando y tomando como base las medidas que se han ido implementando, que no son muy diferentes de las que se han tomado en otros países que usamos para compararnos, estoy seguro de que, si nos volvemos a sufrir otro embate como este, estaremos mucho mejor fajados.

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