El precio de la electricidad y de los alimentos, aunque en menor medida, están detrás de la escalada del IPC interanual hasta el 6,7%, un 1,2% más que la tasa de noviembre, que acabó en el 5,5%. Es además, su tasa más alta desde marzo de 1992.
Según estos datos avanzados del Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC interanual encadena doce meses consecutivos en tasa positiva.
Así, el encarecimiento del precio de la electricidad es el principal responsable de que se dispare el Índice de Precios de Consumo. La electricidad es mucho mayor en diciembre que en el mismo mes de 2020.
También ha influido, en menor medida, los precios de los alimentos, que, en cambio, bajaron el pasado año.
Sin embargo, el precio de los carburantes y lubricantes para vehículos personales ha descendido, mientras que en diciembre de 2020 subió.
Además, el INE incluye en este avance una estimación de la inflación subyacente, es decir, sin alimentos no elaborados ni productos energéticos.
Según estos datos, se incrementó cuatro décimas en el duodécimo mes del año, escalando hasta el 2,1%. Se sitúa, de este modo, casi cinco puntos por debajo de la tasa del IPC general. Este porcentaje de la inflación subyacente es el más alto desde marzo de 2013.
En términos mensuales, el IPC encadena cinco subidas consecutivas, tras subir un 1,3% en diciembre. Esto es un punto más respecto al incremento de noviembre.
Así, es la mayor subida mensual de la inflación en un duodécimo del del año desde 1983.
Por otro lado, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) se situó en el 6,7%, es decir, más de un punto por encima del mes anterior. En tasa mensual, la subida es de un 1,2%.
El IPC interanual tiene especial importancia porque se utiliza en algunos convenios colectivos para las revisiones salariales. Si el INE confirma el 14 de enero este dato del 6,7%, será el que deba tomarse para las revisiones de los salarios de los trabajadores.
Eso sí, si el convenio contiene una cláusula de salvaguarda para compensar la subida inicial del año de ese IPC.