Como era de esperar, Donald Trump, expresidente estadounidense, se ha declarado no culpable de los 37 delitos de los que la Justicia de Estados Unidos lo acusó el pasado 9 de junio.
En su contra, la Fiscalía estadounidense le imputó hasta 37 cargos por los documentos clasificados que se encontraron en su residencia de Mar-a-Lago (Florida).
Después de que los alguaciles del tribunal de Miami al que ha acudido lo arrestarán, se le tomaron las huellas dactilares, como marca el protocolo.
Posteriormente, ya a las 15:00, hora local, las 21:00, hora española, Trump ha comparecido ante el juez Jonathan Goodman, quien le ha leído los cargos.
Aunque Goodman es quien procedió así, la jueza de distrito Aileen Cannon, a quien designó en su día el expresidente, supervisa el caso.
De este modo, el magnate neoyorquino se enfrenta a cargos que podrían suponer cárcel. Entre los 37 cargos, 31 de ellos son por retención deliberada de información de defensa nacional.
Además, uno de conspiración para obstruir a la justicia, otro por posesión de registros, así como a otro por ocultar los documentos clasificados.
A su vez, tres cargos más por ocultamiento de un documento durante la investigación federal, por intrigas y por declaraciones falsas.
Al margen de Trump, también se investiga a Walt Nauta, ayudante del expresidente, que acudió al juzgado en calidad de testigo. Se le arrestará el próximo 27 de junio.
Nauta llegó al edificio en un vehículo separado. El juez Goodman ha prohibido al exinquilino de la Casa Blanca que se comunique con su ayudante. No obstante, no ha impuesto restricciones de viaje contra ninguno de ellos.
Así, Nauta testifica porque, entre otras razones, recibió la orden de Trump de que moviera constantemente los documentos para que no se encontraran.
Por último, el abogado Todd Blanche y el exfiscal general de Florida Chris Kise representan al magnate neoyorquino.