Siria sigue adelante con su arsenal químico

A pesar de la respuesta de la comunidad internacional.
Según informan funcionarios estadounidenses, los ataques con misiles realizados la semana pasada por Estados Unidos, Francia y Reino Unido en Siria tuvieron un limitado impacto en la capacidad de Bashar al Assad para llevar a cabo ataques con armas químicas. Sin embargo, la Administración Trump sostiene que el ataque fue un golpe devastador. Los misiles destruyeron tres objetivos directamente relacionados con el programa armamentístico sirio, el más importante, el Centro de Investigación y Desarrollo de Barzah, involucrado, según la CIA, en la producción y ensayos de tecnología de guerra química y biológica.
En cambio, los funcionarios estadounidenses dicen que disponen de información qué indica que siguen existiendo sustancias químicas que están diseminadas más allá de los tres objetivos alcanzados. Las inteligencias estadounidense y de los países aliados aseguran que se almacenan en escuelas y edificios de departamentos civiles. Jim Mattis, secretario de Defensa de Estados Unidos, un día antes del ataque admitido en el Congreso estadounidense que una de las prioridades era minimizar la pérdida de vidas civiles. Por su parte, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca seguro que el propósito de la operación militar era hacer responsable al gobierno sirio, disminuir su capacidad y disuadirle de ataques químicos, “minimizando las bajas civiles”. Igualmente, un portavoz del Pentágono ha dicho que el ataque ha sido una advertencia para que Al Assad no vuelva a atacar con armas químicas. La evaluación del impacto revela que el programa de armas químicas de Siria “es casi tan bueno como debe ser para el propósito de Al Asad” ya que gran cantidad de ellas estaban almacenadas en otro lugar.