Por mucho que algunos nieguen que la Navidad cristiana bebe de costumbres y tradiciones paganas, son innegables las similitudes.
A fin de cuentas, estas fechas coinciden con el solsticio de invierno, el paso de los días más cortos a comenzar a tener días más largos. Así hasta el solsticio de verano, cuando el ciclo también se cierra.
De hecho, otros cambios de estación se producen en los llamados equinoccios, que marcan el fin de otro ciclo para dar continuidad en otro.
De este modo, el solsticio de invierno da lugar a días más largos, lo que no deja de ser un motivo de celebración. Por eso, las tradiciones paganas, más apegadas a lo terrenal, consideraban ese día, el 25 de diciembre, como una victoria.
No sólo eso. También un elemento social de gran importancia en la que se ‘reiniciaba’ todo, propiciando peticiones como una buena cosecha o una mejora de la fertilidad.
Así, el solsticio de invierno se celebraba en Roma en honor a Saturno, uno de sus principales dioses del panteón romano.
Unas fiestas que duraban 12 días, durante los cuales no había disputas –o se trataban de evitar- y se hacían ofrendas.
También, se organizaban banquetes y bacanales, se daban regalos e, incluso, se permitía jugar a la lotería, algo prohibido durante el resto del año.
Hasta se daba cierta libertad a los esclavos, a los que se les llegaba casi a tratar como ciudadanos libres.
Y así del 13 al 25 de diciembre, fecha en la que terminaban las fiestas y se volvía a la normalidad. Estos días son los llamados Saturnales y el día de Navidad, el Sol Invicto, cuando Saturno vencía a la muerte.
Porque eso era el periodo comprendido entre el solsticio de verano y el de invierno, un caminar hacia la oscuridad.
Año 313: la Navidad cristiana gana adeptos
De esta forma, la Navidad cristiana fue tomando forma especialmente desde que Constantino I terminó con las persecuciones contra los cristianos.
En ese año de 313 se instauró la libertad de culto y el cristianismo, una religión nueva desgajada del judaísmo, empezó a ganar adeptos.
Sin embargo, esos primeros cristianos en libertad se percataron de que era más fácil ganar seguidores si el cambio era gradual.
En cierto modo, conservar las costumbres que llevaban siglos impregnadas en el pueblo. Por tanto, adoptaron los principales elementos de Saturnalia, siendo el principal de ellos, el 25 de diciembre.
De ahí que situaran el nacimiento de Jesús el mismo día de la fiesta grande de la Roma de entonces.
Además, en las posteriores celebraciones, encontramos tradiciones que han ido llegando a nuestros días y cuyo origen se encuentra en los Saturnales. Es el caso del Roscón de Reyes o de los Carnavales. En todo caso, Feliz Navidad.