Pedro Sánchez y Portugal

Juan Antonio Barrio de Penagos.

Por Juan Antonio Barrio de Penagos, ex diputado nacional del PSOE.
No voté a Pedro Sánchez en las primarias. Y no me gustó que no tuviera la iniciativa de incluir a sus adversarios (excepto Patxi López) en la Comisión Ejecutiva Federal que formó a continuación (por cierto, tampoco lo hizo Susana Díaz en la Ejecutiva de Andalucía). Nada de esto tiene que ver con la visión de muchos militantes, y desde luego de Izquierda Socialista, de unas primarias integradoras para elegir un primas inter pares mucho más que un líder total y absoluto.
Pero nada de esto es ahora lo principal. Pedro Sánchez ha sido elegido Presidente del Gobierno en una moción de censura con apoyos que implican una conjunción de voluntades y partidos dispares, algunos mucho más (muchísimo más) contrarios a Rajoy y al PP que favorables a Pedro Sánchez y el PSOE. Las posibilidades de construir en torno a esos apoyos son difíciles. Pero en todo caso, más allá del debate, de la crítica, siempre necesarios, es obligatorio el apoyo al Pedro Sánchez Presidente del Gobierno para establecer unos mínimos que hagan posible la gestión eficaz para los más perjudicados por el gobierno del PP, y el resurgir del PSOE y el conjunto de la izquierda. Todas las fuerzas progresistas deben contribuir a ello. Aquí es donde surge el ejemplo de Portugal: desde 2015 en Portugal gobierna el Partido Socialista con su Primer Ministro Antonio Costa con apoyo parlamentario del Partido Comunista Portugués, Bloco de Esquerda y Verdes. No desconozco la propuesta de Podemos en España para formar parte del Gobierno. A medio plazo creo que será necesario y deseable. Pero lo esencial, en todo caso, es que la colaboración exista, no que desaparezcan las divergencias. Como ha señalado Errejón, el escenario deseable es una convivencia competitiva desde el punto de vista electoral (son proyectos distintos) pero colaborando en la gestión del gobierno frente a la derecha. Debatiendo lo concreto y no lo grandes principios. Juntos. La forma específica de colaboración debe ser la que cada caso aconseje o imponga.
No se me oculta la principal dificultad para esta gestión de Pedro Sánchez (y para el apoyo de Podemos y las confluencias). Es el tema territorial y muy principalmente el conflicto en Cataluña. A corto plazo, el acercamiento de presos y algún otro acuerdo que facilite la distensión serían muy positivos. No creo que sea fácil conseguir mucho más antes de unas elecciones. Pero a medio plazo habrá que empezar a discutir y debatir en el seno de la izquierda sobe el fondo del asunto. El artículo de Santiago Muñoz Machado Los juegos del derecho (La Vanguardia 2/06/2018) ofrece algunos puntos de partida basados en la reforma  del Estatut, y el documento titulado Ideas para una reforma de la Constitución de un grupo de administrativistas y constitucionalistas, también.
Si Pedro Sánchez acierta con su primer Gobierno y elige adecuadamente el momento de las elecciones (ni demasiado pronto ni demasiado tarde) hay una clara posibilidad de mejorar la situación del PSOE -y del conjunto de la izquierda- ante las próximas citas electorales. Hacer ahora lo posible, pero no menos de lo posible. Y para ello, desde el debate y la propuesta, es imprescindible el apoyo de todos los militantes y, creo yo, de toda la izquierda política y social. Nos jugamos tanto que no hay otra manera. Pedro Sánchez tuvo que aplazar una visita a Portugal por la moción de censura; ahora, en mi opinión, debería verse con Antonio Costa cuanto antes.

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