Los rohingya viven anegados por las aguas del monzón

Los rohingya viven anegados por las aguas del monzón

Los campos de refugiados en Bangladesh se inundan con la primera gran tormenta.
Han llegado las primeras aguas del monzón y los campos para refugiados rohingya en Cox Bazar, al sureste de Bangladesh, han quedado inundados, según informa el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF. Se espera que el temporal continúe, por lo que la situación podría empeorar. “Las fuertes lluvias han causado inundaciones y deslizamientos” provocando, de momento, dos muertos, uno de ellos, un bebé. Edouard Beigbeder, representante de Unicef en Bangladesh, ha señalado en un comunicado que “miles de niños y sus familias están viviendo en refugios situados en colinas, donde no hay árboles, rocas o arbustos que puedan sostener el suelo arenoso, el cual se ha convertido en un lodazal”.
“Los vientos han dañado o destruido cientos de albergues, dejando a las familias desprotegidas frente a los elementos meteorológicos”. La agencia de la ONU calcula que unos 200.000 rohingya están en peligro. El 65% de los casi 10.000 refugiados afectados directamente por el temporal están amenazados por los vientos, un 27% por los deslizamientos de tierra y un 4% han sufrido graves inundaciones en sus viviendas o han quedado anegadas. Además, están “dañados o destruidos” 900 albergues, 200 letrinas, 15 puntos de agua, dos puestos de salud y dos puntos de distribución de alimentos. “Todo esto ha empeorado la situación de las personas afectadas”, ha destacado el representante de UNICEF.
“Todo se complica”, señala, “porque la mayoría de los caminos y las carreteras que llevan a los campos de refugiados están anegados, mientras que la carretera principal que divide el campo más grande está abierta solo para vehículos sanitarios”, lo que dificulta y empeora las tareas de reconstrucción. Varios centros de aprendizaje y espacios para mujeres y niños han tenido que cerrar temporalmente. “La llegada del monzón ha aumentado los riesgos sanitarios en los campos, especialmente de enfermedades transmitidas a través del agua, como la diarrea acuosa y el cólera”, añade Beigbeder.
Los niños, según el representante de UNICEF, se enfrentan, además de a los daños físicos, a la exposición a enfermedades, la falta de acceso a servicios básicos y la separación de sus familias: “A medida que las lluvias del Monzón se intensifican, también aumentan los peligros a los que se enfrentan los niños”. Las lluvias continúan y el nivel de agua sigue subiendo. “Es fundamental que los refugiados que están en las zonas más peligrosas”, advierte Beigbeder, “puedan ser evacuados a zonas más seguras, pero muchas familias, que ya han afrontado inestabilidad en los últimos meses, son reacias a abandonar sus hogares improvisados”. Se calcula que en lo que va de junio y en los próximos dos meses, caigan más de dos metros y medio de lluvia en Cox Bazar. “Necesitamos ayuda urgente para evitar una catástrofe aún mayor para miles de niños”, exige el representante de UNICEF.

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