La recaudación por los impuestos a la banca y a las energéticas se ha elevado a 2.900 millones de euros este año, después de haber efectuado el segundo pago.
Así lo ha anunciado este miércoles María Jesús Montero, ministra de Hacienda y Función Pública en funciones.
En concreto, la recaudación por este gravamen en setiembre alcanzó los 1.453 millones de euros, una cifra parecida a la de febrero del primer pago.
De ellos, 626 millones corresponden a la banca, frente a los 827 millones correspondiente al tributo a las energéticas.
Además, estas cantidades están en la línea con lo previsto por el Gobierno.
En declaraciones a la Cadena SER, Montero ha subrayado que los beneficios “realmente cuantiosos” de “una entidad financiera” (Banco Santander) demuestran lo acertado del impuesto a la banca.
Por otro lado, la ministra está convencida de que el Ejecutivo ganará los recursos que se presentaron contra estos gravámenes.
Unos impuestos a la banca y energéticas que se prorrogarán, después de revisarlos por si se necesitara “algún ajuste”. De este modo aparece reflejado en el acuerdo de Gobierno que PSOE y Sumar han suscrito.
En ese sentido, Montero ha señalado que “los evaluaremos y si necesitan algo para un mayor rendimiento también lo haremos. Antes de que se termine su vigencia revisaremos ambas figuras y las prorrogaremos incorporando todos los elementos que permitan que sean más seguras o más robustas”.
Tal y como están planteados ambos tributos en este momento, el impuesto a la banca grava al 4,8% los intereses y comisiones. Eso sí, de aquellas entidades que facturaron más de 800 millones en 2019. Asimismo, el tributo sólo afecta a la actividad que desarrollan en España.
Por su lado, el tributo a las energéticas grava al 1,2% sobre la cifra de negocios de las compañías que facturaran más de 1.000 millones en 2019.
No obstante, quedan fuera los ingresos derivados de las actividades reguladas, es decir, por ejemplo, el suministro de energía cuyo precio regula el Gobierno.
Es decir, el PVPC de electricidad, la tarifa de último recurso de gas (TUR), el GLP envasado y el GLP canalizado.