El ‘uso’ de la Justicia en la política ha tenido otra respuesta por parte de la cúpula judicial, esta vez, de parte de Vicente Guilarte, presidente interino del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Ha sido durante la entrega de los Premios del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género este viernes.
Así, el máximo responsable del órgano de gobierno de los jueces ha exhortado a la clase política a que no contribuya a “minar la confianza de los ciudadanos en la Justicia”.
“Por favor, rebajen la tensión. Déjennos en paz”, ha exigido. Es más, Guilarte ha afirmado que ningún magistrado puede comparecer ante ninguna comisión de investigación.
Hacerlo, dijo, “implicaría un choque que se adivina brutal entre poderes del Estado”. Además, “perturbaría la atención que el Poder Judicial debe ofrecer a las víctimas”.
De este modo, el presidente del CGPJ ha pedido que los poderes del Estado que no sean “cómplices” de la deslegitimación del Poder Judicial.
“Con sus actitudes o con sus silencios”, apostillaba, ante varios señalamientos a jueces por parte de dirigentes de Junts y del PP en sede parlamentaria.
Respondía de esta forma a los nombres y apellidos que verbalizó en el Congreso Miriam Nogueras, portavoz de los neoconvergentes.
Pero también al que protagonizó José Antonio Morago, senador del PP, quien nombró al juez José Ricardo de Prada.
Le acusó de ‘lawfear’ en la sentencia de la trama Gürtel, inventándose, el popular, incluso, actuaciones posteriores del Tribunal Supremo.
Ante todo ello, Guilarte ha manifestado que su llamamiento, “una vez más, lo es a diluir la tensión. A aislarnos de la confrontación política y clamar por una adecuada renovación del CGPJ”.
Algo que, explicó, “propicie el futuro devenir independiente del próximo Consejo, de forma que pueda destinar íntegramente sus afanes a los fines que le son propios, entre ellos a luchar contra la violencia de género”.
A ese respecto, también ha lamentado que su comparecencia sea en calidad de interino, desenado que sea esa la última vez que suceda.
“Los premiados se merecerían que este acto lo dirigiera un presidente con legitimidad plena”, zanjó.