Editorial “Libre comercio”

Las barreras arancelarias son el mecanismo que tienen los poderes económicos nacionales para proteger sus privilegios en contra del bienestar de los consumidores y de los ciudadanos. Son impuestos por el gobierno tras transformarse el Estado en el consejo de administración de la burguesía.
Cualquier avance en la libre circulación de bienes y servicios es una palanca de crecimiento económico y de desarrollo con matices. La libertad de circulación de bienes y servicios no puede sufrir las barreras que les imponen los privilegios de cada nación o de cada bloque.
Del mismo modo que existe libertad de circulación de bienes y servicios, se impone en el mundo la libertad de circulación de factores: trabajo y capital. La libre circulación del capital, en sentido vulgar el dinero, es ya moneda de cambio en casi todas las partes de nuestro planeta.
Sin embargo nos oponemos en los países occidentales a la libertad de circulación del trabajo, de la población, de los migrantes. Es una forma de ser progresista solo en bienes, servicios y capital, pero no trabajo.

1 thoughts on “Editorial “Libre comercio””

  1. En mi opinión, los aranceles deberían ser en mecanismo de corrección de desigualdades entre economías de países muy desiguales. Puede ser catastrófico eliminarlos en muchos casos pues destruye tejidos productivos. Busque en internet ejemplos como la exportación de leche a Sudamérica o pregúntese cómo impacta la importación de bienes desde China a Europa sobre los fabricantes locales y no piense solo en el consumidor, quien será casi siempre un trabajador, por cierto.
    Por otra parte, creo que la inmigración también debe ser regulada con cabeza. Todo flujo fuerte y sin control conduce a problemas, ya sea agua, corriente eléctrica o poblaciones. Cito de paso las palabras de un socialista: «repartamos riqueza».
    Saludos

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