Si el acuerdo entre las formaciones independentistas se confirma, Elsa Artadi será la candidata de la mayoría parlamentaria secesionista, que no electoral. Sustituirá al inefable Puigdemont en la presidencia de la Generalitat.
Pero Artadi no es más que una candidata de pega. Para unos por un motivo y para otros por otra causa. Una solución intermedia al caos que han generado, al desorden institucional provocado y al temor a la justicia.
Para la formación derechista JxCat, Artadi es tan solo la figura con la que Puigdemont movería los hilos para seguir gobernando. Se inventan para el ‘ex’ el cargo de presidente del Consejo de la República que es algo así, como decía Ikea, presidente de la República de tu casa.
Para ERC Artadi es tan débil que podrán gestionar la Generalitat desde el Parlament, cuestionamiento tras cuestionamiento, poniendo encima de la mesa sus requerimientos, a pesar de tener menos votos y menos escaños que los conservadores.
Para la CUP, con tal de que el río siga revuelto, tienen las cañas preparadas para pescar lo que nunca han pescado. Para vivir del cuento de la secesión es un ambiente que tratan que sea revolucionario cuando lo que realmente es, no lo duden, es involucionista.
Artadi de paja.
Editorial “Artadi de paja”
