Los resultados de las elecciones catalanas del domingo arrojan una situación compleja en la que Pere Aragonès, candidato de ERC, se postula para presidir la Generalitat.
Pese a que Salvador Illa, el candidato del PSC, ha sido el ganador en número de votos y tendrá el mismo número de escaños que los republicanos, el president en funciones quiere seguir por la vía de sumar independentismo.
Así, tras rechazar llegar a acuerdos de investidura con los socialistas, su apuesta es formar un Govern junto a Junts, la CUP y En Comú Podem. De hecho, en una entrevista en Rac1 ha dicho que el PSC y ERC son “como el aceite y el agua”.
En ese sentido, preguntado si pactaría con los socialistas si le ofrecieran la Presidencia, subrayó que en el Parlament “hay una mayoría independentista”. Según Aragonès, esto hace que “el PSC no sea determinante”.
En opinión del candidato republicano, la “represión” y el que no hubiera una mayoría parlamentaria respaldando al Govern perjudicaron la estabilidad del mismo. Por eso, cree que es necesario encontrar mayorías más amplias para la legislatura.
Es en esa línea en la que propone un Gobierno con responsabilidad “compartida” con Junts, la CUP y los comuns. Sostuvo que el Ejecutivo se mantenga en una “vía amplia”, con un acuerdo de Presupuestos de la Generalitat incluido.
En ese escenario, llega a proponer que se decida conjuntamente con los nuevos socios quiénes se encargarán de cada conselleria del Govern. A su vez, afirmó que el nuevo Parlament cuenta con una mayoría de 82 diputados a favor de la autodeterminación. También de la libertad de los políticos del procés encarcelados.
A su juicio, “la operación para derrotar al independentismo no ha salido bien, al contrario”.
En ese saco ha metido a los comuns, que, si bien algunos son pro-independencia, en su mayoría están a favor de un referéndum, pero no del separatismo. Además, situaría en una difícil posición a Unidas Podemos, socio del Gobierno central que se opone al independentismo. Aragonès está pulsando, solo eso.