La Mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat catalana es como las negociaciones de paz tras la Guerra de Vietnam, según Miquel Iceta, ministro de Cultura.
“Me recuerda a las conversaciones de paz después de la Guerra de Vietnam, que se estuvo discutiendo mucho tiempo si la mesa era redonda, cuadrada u octogonal”, señaló.
Tienen “ese aspecto de complejidad”, apuntó, si bien, precisó, en este caso se trata de resolver un “conflicto político”, no una negociación tras una guerra.
En ese contexto, Iceta, que será uno de los seis ministros que se sentarán en la Mesa, indicó que los equipos continúan trabajando para concretar las presencias.
De hecho, matizó, mientras no termine esa negociación no se sabrá si al final asistirá Pedro Sánchez, como reclaman los independentistas. “Es un tema complejo como para negociarlo hasta el último momento”, agregó.
Al margen de que el presidente del Gobierno asista a la Mesa, al ministro le interesa “más” conocer qué asuntos se abordarán en el diálogo. Respecto a Sánchez, dijo que se saldrá de dudas “pronto” porque la reunión se celebrará “el miércoles, jueves o viernes”. El martes hay Consejo de Ministros, aclaró.
“Hay quien opina que hay que estar siempre y otros que hay que limitar la presencia de los presidentes a cuando hay posibilidades de avances y acuerdos”, subrayó.
En ese sentido, afirmó que ni Sánchez ni Pere Aragonès, jefe del Ejecutivo catalán, quieren que la negociación “descarrile el primer día”. Retomar las conversaciones “en sí” es bueno, si bien, a su juicio, la cuestión no se va a resolver “de golpe y porrazo”.
Iceta reconoce la distancia entre los puntos de vista
Con todo, Iceta admitió que los puntos de vista con los que llegan unos y otros son “muy distintos”. La Generalitat insiste en que la prioridad es la “amnistía” y la “autodeterminación”. En cambio, para el Gobierno central es “la agenda para el reencuentro”.
A ese respecto, alertó de que si lo único que se va a abordar el la autodeterminación y la amnistía, “la reunión será breve y no llevará a nada”.
Así, el ministro ha pedido que se eviten los asuntos en los que no va a haber un acuerdo. Más bien, confía en centrarse en “aterrizar en un terreno más pragmático”, como la pandemia o la recuperación económica.
También puso el ejemplo de la gestión de los fondos europeos. De hecho, detalló que, de los 46 puntos propuestos por Carles Puigdemont, había más de 30 “atendibles” y “negociables”.
Así las cosas, aun reconociendo que el derecho de autodeterminación existe, no es el caso de Cataluña. Explicó que España no está en la lista de Naciones Unidas acerca de procesos de descolonización pendientes. Por eso, zanjó, “hay discusiones que no van a fructificar”.