Quim Torra, presidente de la Generalitat, y Carles Puigdemont, ex president huido a Bélgica, supuestamente coordinan los CDR y eran conocedores de los actos violentos que los Equipos de Respuesta Táctica (ERT) iban a perpetrar el “día D” y otros entre el segundo aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre y la sentencia del procés, según fuentes conocedoras de las investigaciones que se están llevando a cabo.
Coincide en buena parte con lo que la Cadena SER ha revelado este domingo, partiendo de los autos de detención de los siete activistas en prisión preventiva sin fianza dictados por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, en el marco de la operación Judas.
Según estas fuentes cercanas a las pesquisas y la propia información de la emisora, el 15 de septiembre de 2018, cinco de los siete encarcelados presuntamente mantuvieron una “reunión secreta in itinere” con Anna Puigdemont, hermana del ex presidente catalán.
La idea era, supuestamente, establecer “un sistema seguro de comunicaciones” entre éste y Torra. Dicho sistema, según las fuentes, tan solo fue un “ensayo de infraestructura”, pero “no llegó a ir más allá”.
Fuentes cercanas a Puigdemont han tildado de “demencial” el relato de García Castellón en los autos de prisión. Según estos, “esta instrucción fue testigo el 15 de septiembre de 2018 de una maniobra orquestada por el ERT que se gestó en la máxima clandestinidad. En la citada estrategia se planteaba el encuentro con una persona que por la reacción de los integrantes al conocer su identidad debía tener un componente peligroso”.
La persona citada sería, presuntamente, la hermana del ex president. En cambio, las mismas fuentes cercanas a Puigdemont aseguran que el día de la supuesta reunión, Anna Puigdemont estaba en el hospital cuidando de su padre, al que habían operado.
Entre las acciones que los ERT iban a llevar a cabo, según la Cadena SER, que cita otros autos, estaban la intención de atentar contra “infraestructuras críticas” con explosivos. De acuerdo con fuentes policiales, otra acción era colocar explosivos en la AP-7 de forma que los Mossos d’Esquadra se vieran obligados a cortar esta vía clave catalana.
Igualmente, inutilizar torres de telefonía móvil, así como, según ha desvelado la emisora de radio, ocupar el Parlament durante cinco días. Según los autos, Ferrán Jolis, uno de los detenidos, sería, presuntamente, el encargado de las “comunicaciones seguras e indetectables” desde dentro de la Cámara catalana.
Lo haría en “establecimientos y restaurantes cercanos mediante la usurpación de puntos wifi”. “me estoy jugando el culo, porque si me pillan me van a meter terrorismo y banda organizada”, se oye en una conversación telefónica entre Jolis y Xavier Buigas, otro de los encarcelados, intervenida por la Guardia Civil.
Uno de los detenidos en prisión preventiva sin fianza involucró a Torra en los planes para ocupar el Parlament. Declaró que una tercera persona, a la que no ha identificado, le contó que el president conocía las actividades y las apoyaba.
No habrá hecho falta doctorado alguno para llegar a esas «suposiciones». La gente de la calle nos podemos permitir el lujo de calificarlas de certezas.
Ni los CDRs, ni los ERTs son tan cuidadosos en sus hechos que, cuanto menos, son actos de vandalismo reincidentes.