Barnier, pesimista con el Brexit

Barnier, pesimista con el Brexit

Theresa May superó la moción de censura de ayer.
En un debate sobre la salida de Reino Unido de la UE en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo, Michel Barnier, negociador de la Unión Europea para el Brexit, ha señalado que el riesgo de una salida caótica de los británicos del bloque comunitario es “más elevado que nunca” después del rechazo de Westminster al acuerdo de divorcio suscrito entre Londres y Bruselas. Por ello, ha hecho un llamamiento a Theresa May, primera ministra británica, para que aclare cuanto antes cuáles serían los pasos a seguir para conseguir un Brexit “ordenado”.

“Estamos (…) a solo 10 semanas del final de marzo, que es el momento que eligió el Gobierno británico para pasar a ser un país tercero. Nunca como hoy [por ayer], a diez semanas, el riesgo de un ‘no acuerdo’ parecía tan elevado”. “Le corresponde a las autoridades británicas presentar la evaluación del voto y al Gobierno británico, decir cómo quiere proceder para lograr una salida ordenada el 29 marzo”, ha instado.

Asimismo, Barnier ha advertido a los diputados británicos de que la aprobación del Tratado de Retirada es condición ineludible para enmarcar la negociación de futuras relaciones puesto que la ratificación representa la “confianza mutua” necesaria para afrontar el futuro. Así, agregó, si Reino Unido opta por revisar sus “líneas rojas” y pugna por un acuerdo “más ambicioso” que el Tratado de Libre Comercio, la Unión Europea a 27 se mostrará “inmediatamente dispuesta” a “ir de la mano” para analizar dicha opción.

No obstante, el negociador de la Unión Europea ha indicado que es “demasiado pronto” para obtener conclusiones acerca de las consecuencias del resultado de la votación del Parlamento británico, aunque sea una señal clarísima de que lo negociado se enfrenta a una gran oposición, aunque sea por razones muy diversas, incluso “opuestas”.

En cualquiera de los casos, ha hecho hincapié en que el llamado backstop, la solución de emergencia que contempla el Acuerdo de Salida para evitar una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte, no podrá ser modificado porque es una salvaguarda, ya que “es creíble”, y, por tanto, irrenunciable para la Unión.

En ese escenario, Barnier ha destacado que la UE a 27 continúa con los procesos de ratificación del Tratado de Retirada, mientras sigue trabajando en las medidas de contingencia que los gobiernos de los Estados miembros y la propia Unión en su conjunto deben terminar con urgencia para estar preparados ante una hipotética salida caótica el 29 de marzo.

Por su lado, Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea, ha señalado que el Ejecutivo “lamenta” el resultado que salió de la votación en Westminster y apostó porque el Acuerdo de Salida suscrito era el “mejor” posible para “limitar los daños” del Brexit. Así, citando al escritor C.S. Lewis, dijo que “no se puede retroceder al pasado y cambiar el inicio, pero sí se puede empezar de nuevo desde donde estamos y cambiar el final”.

Timmermans tampoco especuló acerca de los pasos siguientes ya que la solución pasa previamente por el Gobierno y el Parlamento británicos y que la obligación de la Unión Europea es estar preparada para lo que ocurra, sea lo que sea.

Durante el debate intervinieron varios eurodiputados y en su mayoría defendieron el acuerdo y respaldaron la labor realizada por Michel Barnier, dando, de este modo, un claro aviso de que “no hay margen” para reabrir el acuerdo y cambiarlo, aunque sí han dejado abierta la puerta a prorrogar unos meses la salida británica, pero siempre y cuando el Gobierno de Londres aclare el objetivo que perseguiría dicha prórroga.

Después de mantener que no hay margen de maniobra para una renegociación, Manfred Weber, líder del Partido Popular Europeo en la Eurocámara, ha pedido: “Dígannos qué es lo que quieren” y ha apuntado que cualquier demanda de Reino Unido conllevaría cambios en los 27. Asimismo, ha sugerido la posibilidad de que el Brexit se revierta. Según una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el gobierno británico podría retirar su solicitud de salida unilateralmente.

Esteban González Pons, también del grupo popular europeo, ha sido crítico con los parlamentarios británicos, de los que dijo que “no saben lo que quieren” después de tres meses de “esperanzas falsas y mentiras” y ha asegurado que “el Brexit no es un problema europeo, sino británico” y que es a ellos a quienes les corresponde encontrar la “solución”.

Por su lado, Roberto Gualtieri, portavoz de Socialistas y Demócratas, ha sugerido que no se “diluya” el acuerdo de salida y que se contemple la posibilidad de elecciones o la convocatoria de un segundo referéndum porque, asegura, no es posible lograr una mayoría suficiente para una solución en el Parlamento de Reino Unido. Agregó que los socialistas no se opondrán a una petición por parte del Gobierno de May de aplazar el Brexit.

A su vez, Syed Kamall, presidente de los Conservadores y Reformistas Europeos y eurodiputado tory ha destacado la fase crítica en la que están sumidos la UE y Reino Unido y ha pedido que los 27 otorguen más tiempo y nuevas concesiones con el fin de desbloquear la situación.

Mientras, Nigel Farage, ex líder del Partido de la Independencia de Reino Unido y eurodiputado, ha cargado contra la primera ministra acosándola de actuar como la líder de una nación derrotada y de rendirse ante los negociadores de la Unión. Asimismo, ha insistido en su deseo de un Brexit duro y ha advertido de que, si se convocará un segundo referéndum, los europeos se llevarían una sorpresa, ya que, dijo, está convencido de que la mayoría a favor de la salida sería aún mayor.

Finalmente, Guy Verhofstadt, líder de los Liberales Europeos, ALDE, y portavoz de la Eurocámara para el Brexit, ha respondido diciendo que, a pesar de ser conscientes de que el Gobierno británico puede necesitar más tiempo “es impensable que el artículo 50 se prorrogue más allá de las elecciones europeas”, a la vez que ha sido crítico con lo que ha calificado facilidad de Reino Unido para construir mayorías “contra algo”, y ha pedido a los partidos políticos británicos que empiecen a “poner los intereses del país por delante de sus intereses partidistas”.

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